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Isaías 37:29 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

29 ¡Te enfureciste y te llenaste de orgullo! Pero voy a ponerte un gancho en la nariz, como se les pone a los bueyes, y un freno en la boca, como se les pone a los caballos; ¡voy a hacerte regresar por el camino por donde viniste!”»

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অধিক সংস্কৰণ

Biblia Reina Valera 1960

29 Porque contra mí te airaste, y tu arrogancia ha subido a mis oídos; pondré, pues, mi garfio en tu nariz, y mi freno en tus labios, y te haré volver por el camino por donde viniste.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

29 Por esa furia en mi contra y por tu arrogancia, que yo mismo oí, te pondré mi gancho en la nariz y mi freno en la boca. Te haré regresar por el mismo camino por donde viniste”».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

29 Te has levantado contra mí y tus palabras insolentes han llegado a mis oídos; por eso, voy a poner un anillo en tus narices y un freno en tus labios, y te haré volver por el camino por donde has venido.

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La Biblia Textual 3a Edicion

29 Por cuanto tu enfurecimiento contra mí y tu soberbia° han llegado a mis oídos, pondré mi garfio en tu nariz y mi brida en tu boca, y te haré volver por el camino en que viniste.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

29 Porque te has enfurecido contra mí, porque tu insolencia ha llegado a mis oídos, pondré mi anillo en tus narices, mi freno en tus labios, y te haré volver por el camino que trajiste.

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Isaías 37:29
26 পৰস্পৰ সংযোগসমূহ  

Te pondré ganchos en la boca, y te obligaré a entrar en batalla, junto con todo tu gran ejército. Tú vendrás con caballos y con jinetes bien vestidos y armados hasta los dientes.


El aliento de Dios parece un río desbordado que todo lo inunda. Dios viene contra las naciones, para derrotarlas por completo y hacerlas perder el rumbo.


»Dios hará lo que ha planeado hacer contra el monte Sión y Jerusalén. Y una vez que lo haya cumplido, castigará al rey de Asiria por su orgullo y su arrogancia.


Pero yo te sacaré del río, enganchado por el hocico. Los peces que allí nadan se te pegarán a las escamas.


La gente ya no quiso escuchar más y comenzó a gritar: «¡Ese hombre no merece vivir! ¡Que muera! ¡No queremos volver a verlo en este mundo!»


Saulo cayó al suelo, y una voz le dijo: —¡Saulo, Saulo! ¿Por qué me persigues?


Pilato vio que ya no le hacían caso, y que aquello podía terminar en un alboroto muy peligroso. Entonces mandó que le llevaran agua, se lavó las manos delante de la gente y dijo: —Yo no soy culpable de la muerte de este hombre. Los culpables son ustedes.


Pero el poderoso Dios de Israel les jura que ya está cerca el día en que a ustedes y a sus hijos se los llevarán lejos de aquí. Tanto a ellos como a ustedes les pondrán ganchos en la boca,


«Ezequías, rey de Judá: Tú confías en tu Dios, pero no te dejes engañar por él cuando te dice que yo no conquistaré Jerusalén.


Además, hemos venido a destruir este país, porque Dios nos ordenó hacerlo».


Entonces el oficial asirio les dio este mensaje para Ezequías: «El gran rey de Asiria quiere saber por qué te sientes tan seguro de ganarle.


2 (3) ¡Fíjate en tus enemigos: mira cómo se alborotan! ¡Fíjate en los que no te quieren: mira cómo te desafían!


¡No les perdones a tus enemigos tanto griterío y alboroto!


En el centro de tu ciudad, tus enemigos rugieron como leones y agitaron victoriosos sus banderas.


6 (7) Cuando Dios deja oír su voz, se asustan las naciones, se tambalean los reinos y se estremece la tierra.


Los mulos y los caballos son tercos y no quieren aprender; para acercarse a ellos y poderlos controlar, hay que ponerles rienda y freno. ¡No seas tú como ellos!»


2 (40.26) No puedes perforarle la quijada ni atarle el hocico.


Yo haré que el rey Senaquerib reciba una mala noticia que lo obligue a regresar a su país, y allí lo matarán”.


Los oí provocarme con sus insultos y desafíos.


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