Biblia Todo Logo
অনলাইন বাইবেল

- বিজ্ঞাপন -





Isaías 10:6 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

6 Le ordenaré que ataque a este pueblo malvado; que le quite sus riquezas y lo pisotee como al barro de las calles.

অধ্যায়টো চাওক কপি কৰক


অধিক সংস্কৰণ

Biblia Reina Valera 1960

6 Le mandaré contra una nación pérfida, y sobre el pueblo de mi ira le enviaré, para que quite despojos, y arrebate presa, y lo ponga para ser hollado como lodo de las calles.

অধ্যায়টো চাওক কপি কৰক

Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Envío a Asiria contra una nación pagana, contra un pueblo con el cual estoy enojado. Asiria los saqueará, y los pisoteará como a polvo debajo de sus pies.

অধ্যায়টো চাওক কপি কৰক

Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Yo lo he enviado contra una nación impía, contra un pueblo que me molesta, para que lo saquee y le quite todo lo que tiene y lo pisotee como el polvo de las calles.

অধ্যায়টো চাওক কপি কৰক

La Biblia Textual 3a Edicion

6 Lo envié contra una nación infiel, Lo despaché contra el pueblo de mi ira, Para que capturara el botín, tomara despojos, Y lo pisoteara como barro callejero.

অধ্যায়টো চাওক কপি কৰক

Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Contra una nación impía la envío, contra el pueblo de mi enojo la mando, para despojar el despojo, para saquear el saqueo, para hollarlo como barro de las calles.

অধ্যায়টো চাওক কপি কৰক




Isaías 10:6
38 পৰস্পৰ সংযোগসমূহ  

17 (16) Por eso Dios no perdonó a sus jóvenes, ni se compadeció de sus huérfanos ni de sus viudas. Porque todo el pueblo fue muy malo y solo decía tonterías. A pesar de todo esto, el enojo de Dios no se ha calmado; nos sigue amenazando todavía.


Serán como los soldados valientes que luchan en medio del lodo; lucharán contra soldados de a caballo y les ganarán la batalla, porque yo estaré con ellos.


Yo haré que los babilonios vuelvan a atacar a Jerusalén; ¡dejaré que se apoderen de ella, y que la quemen! La destrucción de las ciudades de Judá será total, ¡nadie podrá volver a vivir en ellas!»


voy a enviar contra ustedes al rey de Babilonia y a todos los pueblos del norte. Ese rey está a mi servicio, así que lo enviaré contra ustedes y contra sus vecinos. Voy a destruirlos por completo; voy a convertirlos en un montón de ruinas, que solo causará terror y burla. Les juro que así será.


Los egipcios tendrán miedo de la gente de Judá; con solo acordarse de ellos se llenarán de espanto, porque los planes que el Dios todopoderoso tiene contra Egipto son terribles.


¡Son unos hipócritas! Dios tenía razón cuando dijo por medio del profeta Isaías:


»Babilonia, enemiga nuestra, tú preguntabas por nuestro Dios; ¡pues vas a quedar en vergüenza cuando veas lo que hará por nosotros! ¡Ya nos alegraremos al verte pisoteada como el barro de las calles!


»Pero yo responderé: “Jerusalén, todavía puedes salvarte. Solo tienes que quitarte de la mente todos esos malos pensamientos. ¿Hasta cuándo vas a dejar que esos pensamientos te dominen?”


Para colmo de males, Judá quiso engañarme diciendo que se había arrepentido. Pero no era verdad. Yo les juro que así fue».


lleno de furia aplasté a las naciones, y su sangre corrió por el suelo.


Yo he destruido a mis enemigos; los he aplastado como a la uvas cuando se hace el vino; con furia los he pisoteado, y su sangre me manchó la ropa.


Dios continuó diciendo: «De Persia viene un rey a quien he llamado por su nombre, y aplastará a los gobernantes. Llegará por el norte, y los aplastará bajo sus pies.


»En Jerusalén los pecadores tiemblan, los malvados se llenan de miedo y gritan: “No podremos sobrevivir al fuego destructor de Dios; ¡ese fuego no se apaga y no quedaremos con vida!”»


Dios le dijo a Isaías: «Este pueblo dice que me ama, pero no me obedece; me rinde culto, pero no es sincero ni lo hace de corazón.


»El Dios todopoderoso nos ha enviado este terrible castigo. En el Valle de la Visión solo veo destrucción y terror. ¡El enemigo derribó nuestras murallas, y se oyen gritos de dolor en las montañas!


19 (18) »Dios es el rey del universo, y cuando se enoja todo el país queda destruido. »Nadie se compadece de su hermano;


Los soldados lanzan gritos de guerra; parecen leones feroces que arrastran la presa y se la llevan; ¡nadie se las puede quitar!


Los deshice por completo: ¡quedaron como el polvo que se lleva el viento! ¡Me di gusto aplastándolos como al lodo de la calle!


»Pues bien, ustedes son mi viña, y ahora les diré lo que pienso hacer: dejaré de protegerlos para que los destruyan, derribaré sus muros para que los pisoteen.


»Por eso Dios se enojó con ustedes, que son su pueblo, y levantó su mano poderosa para castigarlos. Temblaron las montañas, y los cadáveres quedaron tirados como basura en las calles. Pero Dios sigue muy enojado, su mano está lista para seguir con el castigo.


Isaías continuó diciendo: «Dios mandará contra Judá al rey de Asiria. Él atacará a la familia del rey y a todo su pueblo. Sucederán cosas muy terribles, cosas que no se habían visto desde que el reino de Israel se separó del reino de Judá.


Los enemigos asirios llegarán hasta Judá como cuando llega una gran inundación. Atacarán como un águila, que con sus alas extendidas, se lanza sobre toda la tierra. ¡Pero Dios está con nosotros!


La tierra se ha llenado de maldad, porque sus habitantes no han cumplido las leyes de Dios. Se habían comprometido a obedecerlo por siempre, pero ninguno cumplió con ese pacto.


porque siempre que hablan, ofenden; hacen planes perversos, cometen muchos crímenes, no dan de comer al hambriento ni dan de beber al sediento, ¡y hasta mienten contra Dios!


Isaías anunció: «¡Qué mal te va a ir, Asiria! ¡Tú eres el destructor de mi pueblo! Cuando acabes de destruirlo, también tú serás destruido; cuando acabes de traicionarlo, también tú serás traicionado».


»Ya se han ido tus destructores; si con rapidez te destruyeron, con más rapidez serás reconstruida.


Pero yo, el único Dios, declaro que al guerrero y al tirano les quitarán lo que hayan conquistado. A ustedes los israelitas les digo que yo salvaré a sus hijos y a sus hijas de manos de sus enemigos.


”La gente de Sabá y Dedán, y los comerciantes y gente rica de Tarsis, te preguntarán: ‘¿Así que vienes a robarnos? ¿Así que has reunido a tus ejércitos para quitarnos todas nuestras riquezas?’”


Yo, Habacuc, digo: Dios de Israel, tú eres un Dios santo; siempre has existido, y no nos dejarás morir porque eres nuestro refugio; sé que usarás a Babilonia solo para castigar a tu pueblo.


Además, hemos venido a destruir este país, porque Dios nos ordenó hacerlo».


Porque antes que el niño aprenda a decir “mamá” y “papá”, el rey de Asiria destruirá las ciudades de Damasco y Samaria, y se quedará con todas sus riquezas».


আমাক অনুসৰণ কৰক:

বিজ্ঞাপন


বিজ্ঞাপন