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Hechos 5:28 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

28 —Ya les habíamos advertido que no enseñaran más acerca de ese hombre Jesús, pero no nos obedecieron. A todos en Jerusalén les han hablado de Jesús, y hasta nos acusan a nosotros de haberlo matado.

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অধিক সংস্কৰণ

Biblia Reina Valera 1960

28 diciendo: ¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en ese nombre? Y ahora habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de ese hombre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

28 —¡Les ordenamos estrictamente que no enseñaran nunca más en nombre de ese hombre! —les dijo—. En lugar de eso, han llenado a toda Jerusalén con la enseñanza acerca de él, ¡y quieren hacernos responsables de su muerte!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

28 Les habíamos advertido y prohibido enseñar en nombre de ése. Pero ahora en Jerusalén no se oye más que su predicación, y quieren echarnos la culpa por la muerte de ese hombre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

28 diciendo: ¿No os mandamos estrictamente que no enseñarais en este nombre? He aquí, habéis llenado a Jerusalem de vuestra enseñanza, y queréis traer sobre nosotros la sangre de este hombre.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

28 'Os habíamos ordenado severamente que no enseñarais en ese nombre, y resulta que habéis llenado Jerusalén con vuestras enseñanzas y queréis hacer recaer sobre nosotros la sangre de ese hombre'.

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Hechos 5:28
16 পৰস্পৰ সংযোগসমূহ  

Y la gente le contestó: —¡Nosotros y nuestros hijos seremos responsables por la muerte de este hombre!


Ellos trataron mal a todos los profetas, y mataron a los que habían anunciado la venida de Jesús, el Mesías, al que ustedes traicionaron y mataron.


así que enseguida mandaron traer a los apóstoles, y ordenaron que los azotaran en la espalda con un látigo. Luego les prohibieron hablar de Jesús, y los dejaron en libertad.


Cualquiera que caiga sobre la piedra que despreciaron los constructores, quedará hecho pedazos. Y si la piedra cae sobre alguien, lo dejará hecho polvo.


Un sacerdote de Betel, llamado Amasías, mandó a decirle a Jeroboam, rey de Israel: «Amós anda haciendo planes en contra de Su Majestad. Como israelitas, no podemos dejar que siga haciéndolo.


Por eso algunos jefes fueron a decirle al rey: —¡Hay que matar a Jeremías! Lo que él anuncia está desanimando a los soldados y a la gente que aún queda en la ciudad. Jeremías no busca nuestro bien; al contrario, nos desea lo peor.


Pero si me matan, ustedes, jefes y pueblo, serán los culpables de haber matado a un inocente. Lo cierto es que Dios me mandó a darles este mensaje».


El rey de Israel le respondió: —Hay un profeta al que podemos consultar. Se llama Micaías y es hijo de Imlá. Pero yo lo odio porque nunca me anuncia cosas buenas, sino siempre malas. Josafat le dijo: —No digas eso.


Cuando Elías encontró a Ahab, este le dijo a Elías: —¡Vaya, mi enemigo Elías anda por aquí! Elías le contestó: —Sí, así es. Siempre haces lo que a Dios no le agrada,


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