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Hechos 13:26 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

26 »Pónganme atención, amigos israelitas descendientes de Abraham. Y pónganme atención también ustedes, los que obedecen a Dios aunque no son israelitas. Este mensaje de salvación es para todos nosotros.

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অধিক সংস্কৰণ

Biblia Reina Valera 1960

26 Varones hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros teméis a Dios, a vosotros es enviada la palabra de esta salvación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

26 »Hermanos —ustedes, hijos de Abraham, y también ustedes, gentiles temerosos de Dios—, ¡este mensaje de salvación ha sido enviado a nosotros!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

26 Hermanos israelitas, hijos y descendientes de Abrahán, y también ustedes los que temen a Dios, a todos nosotros se nos ha dirigido este mensaje de salvación.

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La Biblia Textual 3a Edicion

26 Varones hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros teméis a Dios: Para nosotros° fue enviada la palabra de esta salvación.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

26 'Hermanos, hijos del linaje de Abrahán, y los que entre vosotros temen a Dios: a nosotros ha sido enviado este mensaje de salvación.

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Hechos 13:26
28 পৰস্পৰ সংযোগসমূহ  

Ustedes se comportan así porque, desde que oyeron el mensaje verdadero de la buena noticia, saben bien lo que Dios les tiene guardado en el cielo.


Ustedes oyeron y creyeron la buena noticia de su salvación, que es un mensaje verdadero, y gracias a Cristo pasaron a formar parte del pueblo de Dios y recibieron el Espíritu Santo, que nos había prometido.


No me da vergüenza anunciar esta buena noticia. Gracias al poder de Dios, todos los que la escuchan y creen en Jesús son salvados; no importa si son judíos o no lo son.


»Le dirás a su pueblo que ya tiene salvación, pues Dios perdona sus pecados.


»Nos ha dado un Salvador muy poderoso, descendiente del rey David, su servidor.


Pero pronto vendré a salvarlos; ya no demoraré más. Yo le daré a Jerusalén la salvación, y mi honor al pueblo de Israel».


Pero Pablo y Bernabé les contestaron con mucha valentía: «Nuestra primera obligación era darles el mensaje de Dios a ustedes los judíos. Pero como ustedes lo rechazan y no creen merecer la vida eterna, ahora les anunciaremos el mensaje a los que no son judíos.


Muchos judíos, y algunos extranjeros que habían seguido la religión judía, se fueron con ellos. A estos, Pablo y Bernabé les pidieron que nunca dejaran de confiar en el amor de Dios.


Dios ama a todos los que lo obedecen, y también a los que tratan bien a los demás y se dedican a hacer lo bueno, sin importar de qué país sean.


«Vayan al templo y compartan con la gente el mensaje de salvación.»


Solo Jesús tiene poder para salvar. Solo él fue enviado por Dios, y en este mundo solo él tiene poder para salvarnos.


También dice que en todas las naciones se hablará de mí, para que todos se vuelvan a Dios y él los perdone. »Ustedes deben hablar en Jerusalén


Mejor vayan a los israelitas, pues son un pueblo que anda como rebaño perdido.


No piensen que se salvarán solo por ser descendientes de Abraham. Si Dios así lo quiere, hasta a estas piedras las puede convertir en familiares de Abraham.


La muchacha nos seguía y le gritaba a la gente: «¡Estos hombres trabajan para el Dios Altísimo, y han venido a decirles que Dios puede salvarlos!»


»Ahora que Dios ha resucitado a su hijo Jesús, lo primero que hizo fue enviarlo a ustedes, para bendecirlos y para que dejen de hacer lo malo.»


Finalmente, Pablo les dijo: «¡Les aseguro que Dios quiere salvar a los que no son judíos! ¡Ellos sí escucharán!»


Isaías dijo: «Escuchen esto, israelitas, descendientes de Jacob; escuchen esto, ustedes, los que pertenecen a la tribu de Judá: Ustedes juran y oran en el nombre del Dios de Israel, pero no lo hacen como es debido.


Somos los descendientes de Abraham y de Jacob; somos el pueblo elegido de Dios y estamos a su servicio; por lo tanto, ¡escúchenme!


Dios siguió diciendo: «Escúchenme, israelitas, descendientes de mi amigo Abraham,


»Dios nuestro, tú expulsaste a los pueblos que antes vivían en este territorio, y nos lo diste a nosotros, que somos descendientes de tu amigo Abraham.


Simón Pedro le contestó: —¿Y a quién seguiríamos, Señor? Solo tus palabras dan vida eterna.


Cornelio y todos los de su casa amaban y adoraban a Dios. Además, Cornelio ayudaba mucho a los judíos pobres, y siempre oraba a Dios.


El jefe de los sacerdotes y todos los líderes del país saben bien que esto es cierto. Ellos mismos me dieron cartas para mis amigos judíos de la ciudad de Damasco, para que ellos me ayudaran a atrapar más seguidores de Jesús. Yo fui a Damasco para traerlos a Jerusalén y castigarlos.


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