Biblia Todo Logo
অনলাইন বাইবেল

- বিজ্ঞাপন -





Hechos 10:2 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

2 Cornelio y todos los de su casa amaban y adoraban a Dios. Además, Cornelio ayudaba mucho a los judíos pobres, y siempre oraba a Dios.

অধ্যায়টো চাওক কপি কৰক


অধিক সংস্কৰণ

Biblia Reina Valera 1960

2 piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre.

অধ্যায়টো চাওক কপি কৰক

Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Era un hombre devoto, temeroso de Dios, igual que todos los de su casa. Daba generosamente a los pobres y oraba a Dios con frecuencia.

অধ্যায়টো চাওক কপি কৰক

Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Era un hombre piadoso y, al igual que toda su familia, era de los 'que temen a Dios'. Daba muchas limosnas a los judíos pobres y oraba constantemente a Dios.

অধ্যায়টো চাওক কপি কৰক

La Biblia Textual 3a Edicion

2 piadoso y temeroso de Dios° con toda su casa, que hacía muchas limosnas al pueblo y oraba a Dios continuamente,

অধ্যায়টো চাওক কপি কৰক

Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 piadoso y temeroso de Dios, él y toda su familia, que hacía muchas limosnas al pueblo y oraba a Dios continuamente.

অধ্যায়টো চাওক কপি কৰক




Hechos 10:2
51 পৰস্পৰ সংযোগসমূহ  

Cornelio sintió miedo, pero miró fijamente al ángel y le respondió: «¿Qué desea mi Señor?» El ángel le dijo: «Dios ha escuchado tus oraciones, y está contento con todo lo que haces para ayudar a los pobres.


Ellos respondieron: —Nos envía el capitán Cornelio, que es un hombre bueno y obedece a Dios. Todos los judíos lo respetan mucho. Un ángel del Señor se le apareció y le dijo: “Haz que Pedro venga a tu casa, y escucha bien lo que va a decirte.”


Pablo se puso de pie, levantó la mano para pedir silencio, y dijo: «Israelitas, y todos ustedes, los que aman y obedecen a Dios, escúchenme.


Dios ama a todos los que lo obedecen, y también a los que tratan bien a los demás y se dedican a hacer lo bueno, sin importar de qué país sean.


Tan pronto como el ángel se fue, Cornelio llamó a dos de sus sirvientes. Llamó también a un soldado de su confianza que amaba a Dios,


»Dios mío, todos te honran y te alaban, pues solo tú eres santo. »Todos los países del mundo vendrán a adorarte, pues bien saben que eres justo.»


El encargado de la sinagoga se llamaba Crispo, y él y toda su familia creyeron en el Señor Jesús. También muchos de los habitantes de Corinto que escucharon a Pablo creyeron y fueron bautizados.


»Pónganme atención, amigos israelitas descendientes de Abraham. Y pónganme atención también ustedes, los que obedecen a Dios aunque no son israelitas. Este mensaje de salvación es para todos nosotros.


En ese tiempo había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que obedecía a Dios y lo amaba mucho. Vivía esperando que Dios libertara al pueblo de Israel. El Espíritu Santo estaba sobre Simeón,


16 (17) Entonces el rey mandó traer a Daniel, para que lo echaran a la cueva de los leones. Pero antes de que lo echaran, el rey le dijo: «Daniel, deseo que te salve el Dios a quien tú siempre has adorado».


Si alguno de ustedes no tiene sabiduría, pídasela a Dios. Él se la da a todos en abundancia, sin echarles nada en cara.


Dediquen siempre tiempo a la oración, y den gracias a Dios.


Allí en Damasco había un hombre llamado Ananías, que amaba a Dios y obedecía la ley de Moisés. La gente de esa ciudad hablaba muy bien de él.


Pero los judíos hablaron con las mujeres más respetadas y religiosas de la ciudad, y también con los hombres más importantes, y los convencieron de perseguir a Pablo y a Bernabé, y de echarlos fuera de esa región.


y me dijo: “Cornelio, Dios ha escuchado tus oraciones, y ha tomado en cuenta todo lo que has hecho para ayudar a los pobres.


En el puerto de Jope vivía una seguidora de Jesús llamada Tabitá. Su nombre griego era Dorcas, que significa «Gacela». Tabitá siempre servía a los demás y ayudaba mucho a los pobres.


En las regiones de Judea, Galilea y Samaria, los miembros de la iglesia vivían sin miedo de ser maltratados. Seguían adorando al Señor, y cada día confiaban más en él. Con la ayuda del Espíritu Santo, cada vez se unían más y más personas al grupo de seguidores del Señor Jesús.


—Levántate y ve a la Calle Recta. En la casa de Judas, busca a un hombre de la ciudad de Tarso. Se llama Saulo, y está orando allí.


Jesús les contó una historia a sus discípulos, para enseñarles que debían orar siempre y sin desanimarse.


26 (27) ordeno a los habitantes de mi reino que adoren y obedezcan al Dios de Daniel. Su Dios vive para siempre, y su reino nadie puede destruirlo. Su poder será siempre el mismo.


20 (21) Cuando estuvo cerca de la cueva, se puso muy triste y gritó: —¡Daniel, tú siempre has adorado al Dios de la vida! ¿Pudo tu Dios salvarte de los leones?


10 (11) Daniel lo supo, pero de todos modos se fue a su casa para orar a Dios. Daniel acostumbraba orar tres veces al día, así que entró en su cuarto, abrió la ventana y, mirando hacia Jerusalén, se arrodilló y comenzó a orar.


»Al ver el poder de Dios, todo el mundo temblará de miedo, porque Dios vendrá con la furia de un río desbordado, y empujado por un fuerte viento.


No te vayas a los extremos. Respeta a Dios y todo te saldrá bien.


15 (16) Dios mío, todas las naciones te adorarán; todos los reyes de la tierra reconocerán tu grandeza.


1 (2) Dios mío, tú eres mi salvador; día y noche pido tu ayuda.


Dios mío, ten compasión de mí, pues a todas horas te llamo.


17 (18) Mañana, tarde y noche, no dejaré de rogarle; ¡él habrá de escucharme!


1 (2) Dios bendice a los que cuidan de los pobres, y los pondrá a salvo cuando vengan las dificultades.


Después de cada fiesta, Job llamaba a sus hijos y celebraba una ceremonia para pedirle a Dios que les perdonara cualquier pecado que pudieran haber cometido. Se levantaba muy temprano y le presentaba a Dios una ofrenda por cada uno de sus hijos. Job hacía esto pensando que tal vez sus hijos podrían haber ofendido a Dios o pecado contra él. Para Job, esto era una costumbre de todos los días.


Había una vez, en cierto país llamado Uz, un hombre muy bueno y honrado. Siempre obedecía a Dios en todo y evitaba hacer lo malo. Se llamaba Job,


Si no quieren serle obedientes, decidan hoy a quién van a dedicar su vida. Tendrán que elegir entre los dioses a quienes sus antepasados adoraron en Mesopotamia, y los dioses de los amorreos en cuyo territorio ustedes viven ahora. Pero mi familia y yo hemos decidido dedicar nuestra vida a nuestro Dios.


Para eso lo elegí, para que les ordene a sus hijos y a toda su familia que me obedezcan, y que hagan lo que es bueno y justo. Si Abraham lo hace así, yo cumpliré con todo lo que le he prometido».


En aquel tiempo, muchos judíos que amaban a Dios estaban de visita en Jerusalén. Habían llegado de todas las regiones del Imperio Romano.


El mensaje que él te va a dar hará que se salven tú y toda tu familia.”


El que recibió dos mil monedas ganó otras dos mil.


আমাক অনুসৰণ কৰক:

বিজ্ঞাপন


বিজ্ঞাপন