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Hebreos 6:11 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

11 Deseamos que sigan con ese mismo entusiasmo hasta el fin, para que reciban todo lo bueno que con tanta paciencia esperan recibir.

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অধিক সংস্কৰণ

Biblia Reina Valera 1960

11 Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Nuestro gran deseo es que sigan amando a los demás mientras tengan vida, para asegurarse de que lo que esperan se hará realidad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Solamente deseamos que cada uno demuestre hasta el fin el mismo interés por alcanzar lo que han esperado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma diligencia hasta el fin, para plena seguridad de la esperanza;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Lo que deseamos es que cada uno de vosotros despliegue el mismo esfuerzo para realizar la esperanza hasta el final:

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Hebreos 6:11
36 পৰস্পৰ সংযোগসমূহ  

Pero Cristo, que es el Hijo de Dios, es obediente y ayuda a este pueblo de Dios, que somos nosotros. Y nosotros somos parte de ese pueblo, si seguimos creyendo firmemente y con alegría en la salvación que recibiremos.


Hermanos, Dios los ha elegido para formar parte de su pueblo, y si quieren serlo para siempre, deben esforzarse más por hacer todo esto. De ese modo, nunca fracasarán en su vida cristiana,


Al principio, cuando confiamos en Cristo, nos hicimos compañeros suyos; y si no dejamos de confiar en él, seguiremos siendo sus compañeros siempre.


Por eso, mantengamos una amistad sincera con Dios, teniendo la plena seguridad de que podemos confiar en él. Porque Cristo nos dejó limpios de pecado, como si nos hubiera lavado con agua pura, y ya estamos libres de culpa.


’A los que triunfen sobre las dificultades y no dejen de confiar en mí, les daré como señal de victoria la estrella de la mañana. Y si me obedecen siempre, les daré poder sobre los países del mundo, así como mi Padre me dio ese poder a mí. Gobernarán a esos países, y los tratarán con dureza; ¡los harán pedazos, como si fueran ollas de barro!


El amor que nos tenemos demuestra que ya no estamos muertos, sino que ahora vivimos. Pero si ustedes no se aman los unos a los otros, es porque todavía están bajo el poder de la muerte.


Por eso, queridos amigos, mientras esperan que esto suceda, hagan todo lo posible por estar en paz con Dios, y porque él los encuentre sin pecado.


Por medio de Cristo, ustedes creen en Dios, quien lo resucitó y le dio un lugar de honor en su reino. Por eso ustedes han puesto su confianza en Dios, y están seguros de que él les dará todo lo que les ha prometido.


En cuanto a ustedes, hermanos, no se cansen de hacer el bien.


Que Dios, quien nos da seguridad, los llene de alegría. Que les dé la paz que trae el confiar en él. Y que, por el poder del Espíritu Santo, los llene de esperanza.


La justicia traerá para siempre paz, tranquilidad y confianza.


Así lo han hecho ustedes con todos los seguidores de Cristo en la región de Macedonia. Les rogamos, entonces, que se amen más y más.


Cuando les anunciamos la buena noticia, no lo hicimos solo con palabras. Al contrario, cuando estuvimos entre ustedes dejamos bien claro que tenemos el poder de Dios, y que el Espíritu Santo actúa por medio de nosotros, para el bien de ustedes.


Ustedes se comportan así porque, desde que oyeron el mensaje verdadero de la buena noticia, saben bien lo que Dios les tiene guardado en el cielo.


Todos los que ya hemos progresado mucho en nuestra vida cristiana debemos pensar de esta manera. Y si algunos de ustedes piensan de manera diferente, hasta eso les hará ver Dios con claridad.


Así que no nos cansemos de hacer el bien porque, si seguimos haciéndolo, Dios nos premiará a su debido tiempo.


Por eso, mis queridos hermanos, manténganse firmes, y nunca dejen de trabajar más y más por el Señor Jesús. Y sepan que nada de lo que hacen para Dios es inútil.


Hay tres cosas que son permanentes: la confianza en Dios, la seguridad de que él cumplirá sus promesas, y el amor. De estas tres cosas, la más importante es el amor.


Pero yo salvaré a todos mis seguidores que confíen en mí hasta el final.


Sabemos que pertenecemos a Dios porque amamos a los demás. Por eso, si nos sentimos culpables de algo, podemos estar seguros de que Dios no nos acusa de nada, porque él está por encima de todo sentimiento, y lo sabe todo.


Y lucho para animarlos a todos, y para que se mantengan unidos en el amor de Cristo, y así lleguen a tener la plena seguridad de comprender todo el plan que Dios y Cristo habían mantenido en secreto.


Pero esto será así, solo si mantienen su confianza en Cristo y siguen creyendo en lo que nos promete el mensaje de la buena noticia. Este mensaje ha sido anunciado por todo el Imperio Romano, y yo colaboro anunciándolo.


Si nos pide animar a los demás, debemos animarlos. Si de compartir nuestros bienes se trata, no seamos tacaños. Si debemos dirigir a los demás, pongamos en ello todo nuestro empeño. Y si nos toca ayudar a los necesitados, hagámoslo con alegría.


En cambio, a nosotros, el Espíritu nos da la seguridad de que Dios nos acepta porque confiamos en Cristo.


Muy distinguido amigo Teófilo: Usted bien sabe que muchos se han puesto a escribir informes acerca de las cosas que han pasado entre nosotros. Las escribieron tal como nos las contaron quienes estuvieron con Jesús desde el principio. A ellos, Jesús los mandó a anunciar su mensaje. Yo también he estudiado con mucho cuidado todo lo sucedido, y creo conveniente ponerlo por escrito, tal y como sucedió. Así, usted podrá saber si le han contado la verdad.


y al volver le informaron: «La ciudad de Ai no es grande. No hace falta enviar todo el ejército para atacarla. Dos o tres mil hombres serán más que suficiente».


আমাক অনুসৰণ কৰক:

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