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Ezequiel 32:1 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

1 Habían pasado doce años desde que llegamos presos a Babilonia. El día primero del mes de Adar, Dios me dijo:

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অধিক সংস্কৰণ

Biblia Reina Valera 1960

1 Aconteció en el año duodécimo, en el mes duodécimo, el día primero del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 El 3 de marzo, durante el año doce de cautividad del rey Joaquín, recibí este mensaje del Señor:

অধ্যায়টো চাওক কপি কৰক

Biblia Católica (Latinoamericana)

1 El año doce, el primero del duodécimo mes, me llegó esta palabra de Yavé:

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 En el año duodécimo, en el mes duodécimo, el día primero del mes, aconteció que la palabra de YHVH vino a mí, diciendo:

অধ্যায়টো চাওক কপি কৰক

Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 El año duodécimo, el día primero del duodécimo mes, me fue dirigida la palabra de Yahveh en estos términos:

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Ezequiel 32:1
12 পৰস্পৰ সংযোগসমূহ  

Habían pasado doce años desde que llegamos presos a Babilonia. El día quince del mes de Adar, Dios me dijo:


Habían pasado once años desde que llegamos presos a Babilonia. El día siete del mes de Abib, Dios me dijo:


Habían pasado doce años desde que llegamos presos a Babilonia. El día cinco del mes de Tébet me enteré de que Jerusalén había sido destruida. Uno de los que habían logrado escapar con vida me dio la noticia.


Habían pasado once años desde que llegamos presos a Babilonia. El día primero del mes de Siván, Dios me dijo:


Habían pasado veintisiete años desde que llegamos presos a Babilonia. El primer día del mes de Abib, Dios me dijo:


Habían pasado diez años desde que llegamos presos a Babilonia. El día doce del mes de Tébet, Dios me dijo:


Habían pasado veinticinco años desde que llegamos presos a Babilonia, y catorce años desde la destrucción de Jerusalén. El día diez del mes de Abib, al comenzar el año, Dios me llenó de su poder y me llevó al territorio de Israel. Allí me colocó sobre una montaña muy alta, y al mirar hacia el sur pude ver muchas construcciones, como las de una ciudad.


Allí, el Dios de Israel volvió a hablarme: «Jeremías, toma unas piedras grandes y llévalas a Tafnes. Entiérralas a la entrada del palacio del rey de Egipto, y asegúrate de que todos te vean hacerlo. Luego diles que yo haré que venga el rey de Babilonia, y pondré su trono sobre las piedras que has enterrado. »Y así será. El rey de Babilonia conquistará Egipto. A unos se los llevará prisioneros a otro país, y a otros los matará.


Cuando Joacín llevaba cuatro años de reinar en Judá, el Dios de Israel me habló acerca de las otras naciones, y del ejército de Necao, rey de Egipto. Por esos días el rey de Babilonia había derrotado a Necao en la ciudad de Carquemis, junto al río Éufrates. El mensaje que me dio fue el siguiente:


El día cinco del mes de Elul, los jefes de Judá fueron a verme a mi casa. Para entonces ya teníamos seis años viviendo como prisioneros en Babilonia. De pronto, mientras ellos estaban sentados frente a mí, el Dios de Israel me hizo sentir su poder


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