Deuteronomio 32:49 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual
49 «Quiero que vayas a la región montañosa de Abarim, y que subas al monte Nebo, que está en el territorio de Moab, frente a Jericó. Desde allí podrás admirar el territorio de Canaán, que voy a darles a los israelitas.
49 Sube a este monte de Abarim, al monte Nebo, situado en la tierra de Moab que está frente a Jericó, y mira la tierra de Canaán, que yo doy por heredad a los hijos de Israel;
49 «Ve a Moab, a las montañas que están al oriente del río, y sube el monte Nebo, que está frente a Jericó. Contempla la tierra de Canaán, la tierra que le doy al pueblo de Israel como su preciada posesión.
49 'Sube a los cerros de los Abarim, en el país de Moab, frente a Jericó, y contempla la tierra de Canaán que yo doy a los hijos de Israel. Morirás en el cerro al que vas a subir,
49 Sube a este monte Abarim,° al monte Nebo, que está en la tierra de Moab, frente a Jericó, y contempla la tierra de Canaán que Yo doy a los hijos de Israel en posesión.
49 'Sube a este monte Abarín, al monte Nebó, que está en tierra de Moab, frente a Jericó, y contempla el país de Canaán que voy a dar en propiedad a los israelitas.
Dios le dijo a Moisés: —Ni tú ni tu hermano Aarón reconocieron mi grandeza. Ustedes dos me desobedecieron en el desierto de Sin, cuando el pueblo se peleó conmigo y me exigió agua en Meribá. Pero sube al monte Abarim para que veas el territorio que les voy a dar a los israelitas. Sin embargo, morirás sin disfrutar de él, como sucedió con tu hermano Aarón.
Bien sabemos que en este mundo vivimos como en una tienda de campaña, que un día será destruida. Pero en el cielo tenemos una casa permanente, construida por Dios y no por seres humanos.
El santuario pasó de padres a hijos, hasta el tiempo en que Josué llegó a ser el nuevo jefe de Israel. Entonces los israelitas llevaron consigo el santuario para ocupar el territorio que Dios estaba quitándoles a otros pueblos. Y el santuario estuvo allí hasta el tiempo del rey David.
Dios también les dijo a los habitantes de Jerusalén: «¡Vayan por todo el país; suban a las montañas más altas, y lloren desconsolados! Los países que iban a ayudarlos ya han sido destruidos.