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Deuteronomio 32:22 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

22 Tanto me han hecho enojar que mi furia parece fuego; y con ese fuego destruiré los lugares más profundos y las bases de las montañas.

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অধিক সংস্কৰণ

Biblia Reina Valera 1960

22 Porque fuego se ha encendido en mi ira, Y arderá hasta las profundidades del Seol; Devorará la tierra y sus frutos, Y abrasará los fundamentos de los montes.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 Pues mi enojo arde como el fuego y quema hasta las profundidades de la tumba. Devora la tierra y todos sus cultivos y enciende hasta los cimientos de las montañas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 ¡Miren que saltó fuego de mi cólera y la llama consume hasta el mundo de abajo, devora la tierra y sus frutos, abrasa los cimientos de los cerros!

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 El fuego de mi ira está ardiendo, Y abrasará hasta las profundidades del Seol, Devorará la tierra con sus frutos, Y quemará los cimientos de los montes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Porque fuego ardiente se enciende en mi rostro, que quema hasta el seol más profundo; que devora la tierra y sus productos, que abrasa los cimientos de los montes.

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Deuteronomio 32:22
42 পৰস্পৰ সংযোগসমূহ  

El enojo de Dios fue tan grande que ya no pudo contenerse; le prendió fuego a Jerusalén y la destruyó por completo.


Estoy tan enojado con ustedes que los quemaré como el fuego. Los haré esclavos de sus enemigos en un país que no conocen».


»Y ahora, como han actuado así, ya se acerca el día en que vendré a castigarlos. Yo soy el Dios de Israel, y les juro que así lo haré. Ya he decidido reunir a las naciones para castigarlas con toda mi furia. Cuando me enojo, soy como el fuego; ¡voy a quemar toda la tierra!


»Cuando ponga mis pies sobre las montañas, ellas se derretirán como la cera en el fuego, y los valles se partirán en dos, como se parten las montañas cuando los ríos bajan por ellas.


Por su propia culpa perderán el país que yo les había dado. Serán esclavos en una tierra que ustedes no conocen. »¡Es tan grande mi enojo que parece un fuego que nunca se apaga!


Enseguida, Dios envió un fuego, y los doscientos cincuenta descendientes de Leví murieron quemados.


Porque nuestro Dios es como un fuego destructor.


castigará a los que no obedecen su mensaje ni quieren reconocerlo,


»¡Ustedes son unos mentirosos y unos malvados! Son tan malos como el veneno de una serpiente. ¡Por eso no se escaparán de ir al infierno!


Si lo que ves con tu ojo te hace desobedecer a Dios, mejor sácatelo y tíralo lejos. Es mejor vivir para siempre con un solo ojo, que ser echado al infierno con los dos.


No tengan miedo de la gente que puede destruir el cuerpo, pero no la vida que está en ustedes. Más bien, teman a Dios, que tiene el poder de destruirlos totalmente en el infierno.


Cuando las montañas te vieron, temblaron de miedo, las nubes dejaron caer su lluvia y el mar rugió con furia; ¡sus grandes olas se elevaron al cielo!


”Pero yo soy el Dios de Israel, y me declaro en contra de Edom y de las otras naciones. Estoy muy enojado con ellas porque, entre burlas y desprecios se han adueñado de mi tierra y la han destruido”.


Borró Dios nuestro poder cuando se enojó con nosotros. Nos enfrentamos al enemigo, pero Dios nos retiró su ayuda. ¡Todo Israel arde en llamas! ¡Todo lo destruye el fuego!


Las montañas podrán cambiar de lugar, los cerros podrán venirse abajo, pero mi amor por ti no cambiará. Siempre estaré a tu lado y juntos viviremos en paz. Te juro que tendré compasión de ti.


Desde hace mucho tiempo Dios tiene preparado un lugar de castigo para Asiria y para su rey. Es un lugar ancho y profundo, y tiene mucha leña. Cuando Dios sople sobre ella, la leña se encenderá como una lluvia de azufre».


Todos han pecado; por eso la tierra está bajo maldición y muy pocos han quedado con vida. La ciudad está desierta.


Dios mío, baja del cielo, toca los cerros con tu dedo y hazlos echar humo.


14-15 (15-16) ¡Persíguelos con tus tormentas! ¡Espántalos con tus tempestades! ¡Sé como las llamas de fuego que acaban con cerros y bosques!


2-3 (3-4) Aunque tiemble la tierra y se hundan las montañas hasta el fondo del mar; aunque se levanten grandes olas y sacudan los cerros con violencia, ¡no tendremos miedo!


20-21 (19-20) pero Dios no la perdonará; al contrario, hará que vengan sobre ella todas las maldiciones anunciadas en este libro, que sea separada de su tribu, y que muera hasta el último de sus descendientes. ¡Dios la castigará con furia!


De nada les servirá trabajar la tierra, porque no les producirá nada.


Así fue como desapareció toda aquella gente.


Nuestro Dios me permitió ver el fuego con que pensaba castigarnos. Ese fuego quemaría toda la tierra, y también lo más profundo del mar.


Ofendido y enojado, Dios destruyó por completo todas las casas de Israel. Derribó las fortalezas de Judá; quitó al rey de su trono, y puso en vergüenza a sus capitanes.


Rompió en mil pedazos las casas de Jerusalén, y acabó con nuestros seres queridos. Como si fuera nuestro enemigo, decidió quitarnos la vida; su enojo fue como un fuego que nos destruyó por completo.


”Pero el viento del este la marchitó, y todas sus uvas se cayeron. Ella misma fue arrancada con furia y arrojada por el suelo. Sus fuertes ramas se secaron, y el fuego acabó con ellas.


»Si quieren seguir viviendo, vuelvan a obedecerme. Si no lo hacen, yo destruiré al reino de Israel; ¡le prenderé fuego al santuario de Betel, y nadie será capaz de apagarlo!


El día que yo me enoje, le prenderé fuego a la tierra. No habrá nada que los salve; ¡ni siquiera su oro y su plata! ¡En un instante serán destruidos todos los que habitan este mundo!»


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