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Deuteronomio 32:16 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

16-17 Hicieron enojar a Dios, y provocaron sus celos al adorar a dioses falsos; ¡eran unos ídolos repugnantes que ni sus antepasados conocieron! Aun así, ofrecieron sacrificios a esos dioses y a los demonios.

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অধিক সংস্কৰণ

Biblia Reina Valera 1960

16 Le despertaron a celos con los dioses ajenos; Lo provocaron a ira con abominaciones.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Lo provocó a celos al rendir culto a dioses ajenos; lo enfureció con sus actos detestables.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Despertaron sus celos con dioses ajenos, lo irritaron con sus ídolos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Lo provocaron a celos con extraños,° Lo provocaron a ira con abominaciones.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Excitan sus celos con dioses extraños, lo provocan con abominaciones;

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Deuteronomio 32:16
20 পৰস্পৰ সংযোগসমূহ  

Dios se puso muy furioso y rechazó del todo a Israel; se sintió traicionado pues adoraron a dioses falsos y les construyeron santuarios.


¿O es que quieren que Dios se enoje? ¡Nosotros no somos más fuertes que Dios!


Josías destruyó además las imágenes y los pequeños templos de las colinas al este de Jerusalén, y los que había en el sur del Monte de los Olivos. El rey Salomón los había construido para adorar a los repugnantes dioses Quemós, dios de los moabitas, Milcom, dios de los amonitas, y Astarté, diosa de los sidonios. Después rellenó con huesos humanos los lugares donde habían estado esas imágenes. Luego fue a Betel, y derribó y quemó el altar que Jeroboam hijo de Nabat había construido allí, con el cual había hecho pecar a los israelitas.


Los habitantes de Judá desobedecieron a Dios y pecaron mucho más que sus antepasados, y esto hizo enojar mucho a Dios.


»Cuando ustedes hayan derrotado a esos pueblos, deberán quemar las imágenes de sus ídolos. Así no caerán en la tentación de quedarse con el oro y la plata que los recubre. Eso es algo que a Dios no le gusta.


No se arrodillen ante ellos ni hagan cultos en su honor. Yo soy el Dios de Israel, y soy un Dios celoso. Yo castigo a los hijos, nietos y bisnietos de quienes me odian,


Si lo hacen, tanto ustedes como el territorio se volverán impuros, y tendré que expulsarlos también a ustedes.


Inventan un dios falso, para provocar mis celos; pero los celosos serán ustedes, pues los cambiaré por otro pueblo; los cambiaré por gente ignorante que ni a pueblo llega.


Con esas malas acciones hicieron enojar a Dios, y él les mandó un terrible castigo.


Yo les anuncié que los salvaría, y así lo hice. No los salvó un dios extraño; de eso, ustedes son mis testigos. Yo soy el Dios de Israel, y juro que así es.


”Ustedes están empeñados en seguir adorando a dioses extraños, pero su terquedad los hará sufrir. Por eso andan descalzos y muriéndose de sed. Ustedes y sus autoridades quedarán avergonzados, como el ladrón cuando es sorprendido.


Los niños juntan la leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres preparan la masa, ¡y hacen panes para adorar a la que llaman Reina del cielo! Además, las ofrendas que presentan a otros dioses son un insulto para mí.


Esa figura extendió lo que parecía ser una mano, y me agarró por el pelo. Entonces una fuerza dentro de mí me levantó por los aires y me llevó a Jerusalén; una vez allí, me dejó a la entrada del portón interior, que da al norte. Allí habían colocado un ídolo, pero allí también estaba el Dios de Israel en todo su esplendor, tal y como antes lo había visto en el valle. Al ver Dios aquel ídolo, se puso celoso y se enojó.


En cambio tú, te has comportado peor que todos los reyes anteriores, te has fabricado dioses y otras imágenes de metal para hacerme enojar. ¡Me traicionaste!


También quemaron incienso como hacían las naciones que Dios había expulsado de ese territorio cuando llegaron los israelitas, y así desobedecieron a Dios. Por eso Dios se enojó,


Quemaron a sus hijos e hijas para ofrecerlos como sacrificios, fueron a consultar con adivinos y brujos que pretendían saber el futuro, y se dedicaron por completo a hacer lo malo, por lo que hicieron enojar a Dios.


Manasés puso la imagen de la diosa Astarté en el templo de Dios, practicó la hechicería y la brujería, y se hizo amigo de los espiritistas y los brujos. También hizo quemar a su hijo como un sacrificio. Su comportamiento fue tan malo, que Dios se enojó mucho. Dios les había dicho a David y a su hijo Salomón: «De todas las ciudades de Israel, he elegido a Jerusalén, para poner allí mi templo y vivir en él para siempre.


Jamás he conocido a una nación que haya abandonado a sus dioses, aun cuando sus dioses sean falsos. Pero ustedes me cambiaron a mí, que soy el Dios verdadero y glorioso, por dioses que no sirven para nada.


Por todos los rincones del país mi pueblo llora y exclama: “Nuestro Dios nos ha abandonado; ya no está en Jerusalén”». Dios respondió: «¿Por qué me hacen enojar los israelitas con sus dioses inútiles y extraños?»


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