Deuteronomio 26:10 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual10 Por eso ahora, en gratitud, le traigo los primeros frutos de lo que sembré en la tierra que él me dio”. »Luego, el que presente la canasta la pondrá ante el altar de Dios y se arrodillará para adorarlo. অধ্যায়টো চাওকঅধিক সংস্কৰণBiblia Reina Valera 196010 Y ahora, he aquí he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Jehová. Y lo dejarás delante de Jehová tu Dios, y adorarás delante de Jehová tu Dios. অধ্যায়টো চাওকBiblia Nueva Traducción Viviente10 Y ahora, oh Señor, te traigo las primicias de las cosechas que me has dado de la tierra”. Luego coloca las primicias ante el Señor tu Dios y póstrate ante él en adoración. অধ্যায়টো চাওকBiblia Católica (Latinoamericana)10 Y ahora vengo a ofrecer los primeros productos de la tierra que tú, Yavé, me has dado. Los depositarás ante Yavé, te postrarás y adorarás a Yavé, tu Dios. অধ্যায়টো চাওকLa Biblia Textual 3a Edicion10 Y ahora, he aquí traigo las primicias del fruto del suelo que me diste, oh YHVH. Y las colocarás delante de YHVH tu Dios, y te postrarás delante de YHVH tu Dios. অধ্যায়টো চাওকBiblia Serafín de Ausejo 197510 Por eso he traído hoy las primicias de los frutos del suelo que tú, Yahveh, me has dado'. Los dejarás ante Yahveh, tu Dios, y te postrarás ante Yahveh, tu Dios. অধ্যায়টো চাওক |
»El primer día de cada mes, y el día sábado, de cada semana, todos vendrán a adorarme. »Cuando mi pueblo salga, verá en el suelo los cadáveres de los que se rebelaron contra mí. Allí los gusanos nunca mueren, y el fuego nunca se apaga. »¡El mundo entero lo verá y se llenará de espanto! Les juro que así será».
»Dios nuestro, todas estas riquezas que hemos dado para construirte un templo, en realidad te pertenecen a ti. Son tuyas; tú nos diste todo, y ahora solo te regresamos lo que de ti habíamos recibido. Además, delante de ti, mi pueblo y yo somos como gente sin patria, que va de un lado a otro, como antes lo hicieron nuestros antepasados. Nuestra vida es como una sombra sobre la tierra, sin esperanza alguna. »Sabemos que ninguno de nosotros merece reconocimiento por las ofrendas que hemos traído.