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Colosenses 3:5 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

5 Por eso, den muerte a todos sus malos deseos; no tengan relaciones sexuales prohibidas, no sean indecentes, dominen sus malos deseos, y no busquen amontonar dinero, pues es lo mismo que adorar a dioses falsos.

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অধিক সংস্কৰণ

Biblia Reina Valera 1960

5 Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Así que hagan morir las cosas pecaminosas y terrenales que acechan dentro de ustedes. No tengan nada que ver con la inmoralidad sexual, la impureza, las bajas pasiones y los malos deseos. No sean avaros, pues la persona avara es idólatra porque adora las cosas de este mundo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Por tanto, hagan morir en ustedes lo que es 'terrenal', es decir, libertinaje, impureza, pasión desordenada, malos deseos y el amor al dinero, que es una manera de servir a los ídolos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Haced morir pues lo terrenal en vuestros miembros: Fornicación, impureza, pasión desordenada, deseo malo, y la avaricia, que es idolatría;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Haced morir, pues, cuanto hay de terreno en vosotros: lujuria, impureza, pasión, deseo malo, y la sed de lucro, que es una idolatría.

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Colosenses 3:5
34 পৰস্পৰ সংযোগসমূহ  

Si ustedes viven de acuerdo a esos deseos, morirán para siempre; pero si por medio del Espíritu Santo ponen fin a esos malos deseos, tendrán vida eterna.


Y los que somos de Jesucristo ya hemos hecho morir en su cruz nuestro egoísmo y nuestros malos deseos.


Ustedes ya han muerto al pecado, pero ahora han vuelto a vivir. Así que no dejen que el pecado los use para hacer lo malo. Más bien, entréguense a Dios, y hagan lo que a él le agrada.


Amados hermanos en Cristo, les hablo como si ustedes fueran extranjeros y estuvieran de paso por este mundo. No hagan nada que obedezca a sus malos deseos, pues esos deseos los llevarán a la perdición.


No tengan relaciones sexuales prohibidas. Ese pecado le hace más daño al cuerpo que cualquier otro pecado.


Han perdido la vergüenza, se han entregado totalmente a los vicios, y hacen toda clase de indecencias.


Me da miedo pensar que, cuando vaya a visitarlos, mi Dios me haga sentir tanta vergüenza que me ponga a llorar porque muchos de ustedes no han dejado de pecar ni de hacer lo malo, sino que siguen teniendo relaciones sexuales prohibidas.


Pero a los cobardes, a los que no confíen en mí, a los que hagan cosas terribles que no me agradan, a los que hayan matado a otros, a los que tengan relaciones sexuales prohibidas, a los que practiquen la brujería, a los que adoren dioses falsos, y a los mentirosos, los lanzaré al lago donde el azufre arde en llamas; y allí se quedarán, separados de mí para siempre.»


Pero también me sucede otra cosa: hay algo dentro de mí, que lucha contra lo que creo que es bueno. Trato de obedecer la ley de Dios, pero me siento como en una cárcel, donde lo único que puedo hacer es pecar. Sinceramente, deseo obedecer la ley de Dios, pero no puedo dejar de pecar porque mi cuerpo es débil para obedecerla. ¡Pobre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo, que me hace pecar y me separa de Dios? ¡Le doy gracias a Dios, porque sé que Jesucristo me ha librado!


Afuera se quedarán los malvados, los que practican la brujería, los que tienen relaciones sexuales prohibidas, los asesinos, los que adoran a dioses falsos y todos los que engañan y practican el mal. Jesús dice:


¿Saben por qué hay guerras y pleitos entre ustedes? ¡Pues porque no saben dominar su egoísmo y su maldad!


También dicen: «La comida es para el estómago, y el estómago es para la comida.» ¡Claro que sí! Pero Dios va a destruir las dos cosas. En cambio, el cuerpo no es para que lo usemos en relaciones sexuales prohibidas. Al contrario, debemos usarlo para servir al Señor Jesús, pues nuestro cuerpo es de él.


Una cosa es clara: antes éramos pecadores, pero cuando Cristo murió en la cruz, nosotros morimos con él. Así que el pecado ya no nos gobierna.


Todos deben considerar el matrimonio como algo muy valioso. El esposo y la esposa deben ser fieles el uno al otro, porque Dios castigará a los que tengan relaciones sexuales prohibidas y sean infieles en el matrimonio.


Ninguno debe tener relaciones sexuales prohibidas ni despreciar a Dios. Eso fue lo que hizo Esaú, pues cambió sus derechos de hijo mayor por un plato de comida,


Dios quiere que ustedes vivan consagrados a él, que no tengan relaciones sexuales prohibidas,


Ya todo el mundo sabe que uno de ustedes está viviendo con su madrastra, como si viviera con su esposa. ¡Eso está muy mal! ¡Ni siquiera los que no son cristianos hacen algo así!


Cuando vivíamos sin poder dominar nuestros malos deseos, la ley solo servía para que deseáramos hacer más lo malo. Y así, todo lo que hacíamos nos separaba más de Dios.


Son gente injusta, malvada y codiciosa. Son envidiosos, asesinos, peleadores, tramposos y chismosos.


Por esa razón, Dios ha dejado que esa gente haga todo lo malo que quiera. Por ejemplo, entre ellos hay mujeres que no quieren tener relaciones sexuales con los hombres, sino con otras mujeres.


Deben dominar sus malos deseos sexuales, y no portarse como los que no creen en Dios.


Y algunos de ustedes eran así. Pero Dios les perdonó esos pecados, los limpió y los hizo parte de su pueblo. Todo esto fue posible por el poder del Señor Jesucristo y del Espíritu de nuestro Dios.


Los judíos se circuncidan en señal de que son parte del pueblo de Dios. Pero a ustedes Dios los hizo parte de su pueblo al unirlos a Cristo, y así les quitó el deseo de seguir pecando. Esa fue la circuncisión que Dios mismo les hizo.


Porque todos los males comienzan cuando solo se piensa en el dinero. Por el deseo de amontonarlo, muchos se olvidaron de obedecer a Dios y acabaron por tener muchos problemas y sufrimientos.


No vivan preocupados por tener más dinero. Estén contentos con lo que tienen, porque Dios ha dicho en la Biblia: «Nunca te dejaré desamparado.»


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