2 Reyes 21:6 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual6-7 Manasés puso la imagen de la diosa Astarté en el templo de Dios, practicó la hechicería y la brujería, y se hizo amigo de los espiritistas y los brujos. También hizo quemar a su hijo como un sacrificio. Su comportamiento fue tan malo, que Dios se enojó mucho. Dios les había dicho a David y a su hijo Salomón: «De todas las ciudades de Israel, he elegido a Jerusalén, para poner allí mi templo y vivir en él para siempre. অধ্যায়টো চাওকঅধিক সংস্কৰণBiblia Reina Valera 19606 Y pasó a su hijo por fuego, y se dio a observar los tiempos, y fue agorero, e instituyó encantadores y adivinos, multiplicando así el hacer lo malo ante los ojos de Jehová, para provocarlo a ira. অধ্যায়টো চাওকBiblia Nueva Traducción Viviente6 Manasés también sacrificó a su propio hijo en el fuego. Practicó la hechicería, la adivinación y consultó a los médiums y a los videntes. Hizo muchas cosas perversas a los ojos del Señor y con eso provocó su enojo. অধ্যায়টো চাওকBiblia Católica (Latinoamericana)6 Ofreció a su hijo como sacrificio en el fuego, practicó la astrología y la magia, instaló brujos y adivinos, y de muchas maneras provocó la cólera de Yavé haciendo lo que es malo a sus ojos. অধ্যায়টো চাওকLa Biblia Textual 3a Edicion6 E hizo pasar por fuego a su hijo, y practicó la adivinación y la magia, y designó adivinadores por espíritus de muertos; y se empeñó en hacer lo malo ante los ojos de YHVH para provocarlo a ira. অধ্যায়টো চাওকBiblia Serafín de Ausejo 19756 Incluso hizo pasar por el fuego a su propio hijo, creyó en los presagios y los encantamientos y consultó a nigromantes y adivinos. Hizo, en fin, de muchas maneras todo lo que es malo a los ojos de Yahveh, provocando así su ira. অধ্যায়টো চাওক |
Puso la imagen de un ídolo en el templo de Dios, practicó la hechicería y la brujería, y se hizo amigo de brujos y espiritistas. También hizo quemar a su hijo como un sacrificio en el valle de Ben-hinom. Su comportamiento fue tan malo, que Dios se enojó mucho. Dios les había dicho a David y a su hijo Salomón: «De todas las ciudades de Israel, he elegido a Jerusalén, para poner allí mi templo y vivir en él para siempre.
Además Josías eliminó a todos los brujos y adivinos, y destruyó todos los ídolos, incluso los ídolos familiares. Todos los objetos repugnantes que había en Jerusalén y en Judá para adorar a los dioses falsos, fueron destruidos. Así cumplió Josías los mandamientos del libro que el sacerdote Hilquías había encontrado en el templo.