2 Crónicas 9:29 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual
29-30 Salomón fue rey de Israel cuarenta y tres años, y todo ese tiempo vivió en Jerusalén. Todo lo que hizo, de principio a fin, está escrito en los siguientes libros: «La historia del profeta Natán», «La profecía de Ahías, el de Siló», y «Los mensajes del profeta Iddo acerca de Jeroboam hijo de Nabat».
29 Los demás hechos de Salomón, primeros y postreros, ¿no están todos escritos en los libros del profeta Natán, en la profecía de Ahías silonita, y en la profecía del vidente Iddo contra Jeroboam hijo de Nabat?
29 Los demás acontecimientos del reinado de Salomón, desde el principio hasta el fin, están registrados en El registro del profeta Natán, en La profecía de Ahías de Silo y también en Las visiones de Iddo el vidente acerca de Jeroboam, hijo de Nabat.
29 El resto de los hechos de Salomón, del comienzo al fin, ¿no están escritos en la historia del profeta Natán, en la profecía de Ajías el silonita, y en las visiones de Idó, el profeta, sobre Jeroboam, hijo de Nabat?
29 El resto de los hechos de Salomón, los primeros y los últimos, ¿no están escritos en las crónicas del profeta Natán, en la profecía de Ahías silonita, y en la visión del vidente Iddo contra Jeroboam ben Nabat?
29 Los restantes hechos de Salomón, desde los primeros a los últimos, ¿no están consignados en las crónicas del profeta Natán, en la profecía de Ajías de Siló y en las visiones de Yedó, el vidente, sobre Jeroboán, hijo de Nebat?
Los hechos más importantes de la historia del rey David, desde el principio hasta el fin, están escritos en los libros de los profetas Samuel, Natán y Gad. En ellos se narran no solo los hechos más importantes con respecto al poder y valentía de David, sino también lo que le pasó a Israel y a sus países vecinos.
Un día en que Jeroboam salió de Jerusalén, se encontró con el profeta Ahías, que era de Siló. El profeta se había puesto una capa nueva. Los dos estaban solos en el campo.
15-16 (15) Roboam y Jeroboam siempre estuvieron en guerra. La historia de Roboam, de principio a fin, está escrita en estos libros: «Las historias del profeta Semaías» y «Los mensajes del profeta Iddo».
Entonces, Dios envió al profeta Natán para que le diera a David este mensaje: «En cierta ciudad había dos hombres. Uno de ellos era rico, y el otro era pobre.
Entonces Jeroboam le dijo a su esposa: «Disfrázate para que nadie se dé cuenta de que eres mi mujer. Luego ve a Siló, a la casa del profeta Ahías, el que me dijo que yo sería rey de este país.
Pero ni el sacerdote Sadoc ni Benaías hijo de Joiadá, ni el profeta Natán ni Simí, hombre en quien el rey confiaba, ni los mejores soldados de David, apoyaban a Adonías.
Otro enemigo de Salomón fue uno de sus oficiales llamado Jeroboam, que era de la tribu de Efraín y de la ciudad de Seredá. Su madre era una viuda llamada Serúa.
Pero las tribus del norte de Israel mandaron a llamar a Jeroboam, que se había quedado a vivir en Egipto, para escapar de Salomón. Así fue como la noticia llegó a sus oídos. Cuando Jeroboam llegó, él y los hombres de las tribus del norte fueron a hablar con Roboam y le dijeron: