2 Crónicas 29:13 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual13 De los descendientes de Elisafán: Simrí, Jehiel. De los descendientes de Asaf: Zacarías, Matanías. অধ্যায়টো চাওকঅধিক সংস্কৰণBiblia Reina Valera 196013 de los hijos de Elizafán, Simri y Jeiel; de los hijos de Asaf, Zacarías y Matanías; অধ্যায়টো চাওকBiblia Nueva Traducción Viviente13 de la familia de Elizafán: Simri y Jeiel; de la familia de Asaf: Zacarías y Matanías; অধ্যায়টো চাওকBiblia Católica (Latinoamericana)13 Simrí y Yeiel, de los hijos de Elisafán; Zacarías y Matanías, de los hijos de Asaf;' অধ্যায়টো চাওকLa Biblia Textual 3a Edicion13 y de entre los hijos de Elizafán, Simri y Jeiel; y de entre los hijos de Asaf, Zacarías y Matanías; অধ্যায়টো চাওকBiblia Serafín de Ausejo 197513 de los hijos de Elisafán: Simrí y Yeiel; de los hijos de Asaf: Zacarías y Matanías; অধ্যায়টো চাওক |
Esta es la lista de los ayudantes de los sacerdotes que respondieron al llamado del rey: De los descendientes de Quehat: Máhat hijo de Amasai, Joel hijo de Azarías. De los descendientes de Merarí: Quis hijo de Abdí, Azarías hijo de Jehaleel. De los descendientes de Guersón: Joah hijo de Zimá, Edén hijo de Joah.
David y los jefes encargados del templo apartaron a Asaf, a Hemán y a Jedutún, junto con todos sus hijos, para que se encargaran de la música de los cultos. Estos músicos comunicaban mensajes de Dios por medio de sus cantos o acompañados por instrumentos musicales, y estaban bajo las órdenes directas del rey David. Asaf, Hemán y Jedutún dirigían a sus hijos cuando alababan a Dios en el templo, acompañados de arpas, platillos y otros instrumentos de cuerdas. Esta es la lista de sus nombres: Los hijos de Asaf: Jacur, José, Netanías, Asarela. Los hijos de Jedutún: Guedalías, Serí, Isaías, Simí, Hasabías, Matatías. Los hijos de Hemán: Buquías, Matanías, Uziel, Sebuel, Jeremot, Hananías, Hananí, Eliatá, Guidalti, Romamti-ézer, Josbecasa, Malotí, Hotir, Mahaziot. Estos catorce hombres, junto con sus tres hermanas, formaban la familia de Hemán, y por eso llegó a ser muy poderoso, pues así se lo había prometido Dios.