1 Reyes 14:24 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual24 Además, permitieron que se practicara la prostitución en esos lugares, y así siguieron las costumbres despreciables de las naciones que no obedecían a Dios y que él había expulsado del territorio israelita. অধ্যায়টো চাওকঅধিক সংস্কৰণBiblia Reina Valera 196024 Hubo también sodomitas en la tierra, e hicieron conforme a todas las abominaciones de las naciones que Jehová había echado delante de los hijos de Israel. অধ্যায়টো চাওকBiblia Nueva Traducción Viviente24 Hasta había prostitutos y prostitutas de los santuarios paganos por todo el territorio. La gente imitó las prácticas detestables de las naciones paganas que el Señor había expulsado de la tierra del paso de los israelitas. অধ্যায়টো চাওকBiblia Católica (Latinoamericana)24 Hubo además homosexuales sagrados en el país e imitaron todas las prácticas vergonzosas de los paganos que había expulsado Yavé ante los israelitas. অধ্যায়টো চাওকLa Biblia Textual 3a Edicion24 También había en el país varones consagrados a la prostitución ritual,° que hacían conforme a todas las prácticas abominables de los pueblos que YHVH había echado de delante de los hijos de Israel. অধ্যায়টো চাওকBiblia Serafín de Ausejo 197524 Incluso hubo hombres dedicados a la prostitución sagrada en el país. Imitaron, pues, todas las abominaciones de las gentes que Yahveh había arrojado de delante de los israelitas. অধ্যায়টো চাওক |
No se dejen engañar. Ustedes bien saben que los que hacen lo malo no participarán en el reino de Dios. Me refiero a los que tienen relaciones sexuales prohibidas, a los que adoran a los ídolos, a los que son infieles en el matrimonio, a los afeminados, a los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres, a los ladrones, a los que siempre quieren más de lo que tienen, a los borrachos, a los que hablan mal de los demás, y a los tramposos. Ninguno de ellos participará del reino de Dios.
Estaban pasando un rato agradable cuando, de pronto, unos hombres de la ciudad rodearon la casa y empezaron a golpear violentamente la puerta. Eran unos hombres malvados, los cuales le gritaron al dueño de la casa: —¡Qué salga el hombre que está de visita en tu casa! ¡Queremos tener relaciones sexuales con él!