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1 Pedro 3:5 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

5 Así eran algunas mujeres en el pasado: confiaban en Dios y obedecían a sus esposos.

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অধিক সংস্কৰণ

Biblia Reina Valera 1960

5 Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Así es como lucían hermosas las santas mujeres de la antigüedad. Ellas ponían su confianza en Dios y aceptaban la autoridad de sus maridos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 De ese modo se adornaban en otros tiempos las santas mujeres que esperaban en Dios y obedecían a sus maridos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Porque así también se ataviaban en otro tiempo las santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Así se ataviaban en otro tiempo las santas mujeres que esperaban en Dios, obedientes, a sus maridos.

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1 Pedro 3:5
17 পৰস্পৰ সংযোগসমূহ  

La viuda que realmente se ha quedado sola, confía en Dios y le pide su ayuda de día y de noche.


También debe ser conocida por sus buenas obras. Por ejemplo, tiene que haber criado bien a sus hijos y a sus hijas, haber recibido bien a quienes visitaron su casa, haber sido humilde con los miembros de la iglesia, y haber ayudado a los que sufren. Es decir, en esa lista deben estar las que hayan hecho lo bueno.


Sin embargo, las mujeres se salvarán si tienen hijos, si confían en Jesucristo, y si aman a los demás y viven con modestia y santidad.


En el puerto de Jope vivía una seguidora de Jesús llamada Tabitá. Su nombre griego era Dorcas, que significa «Gacela». Tabitá siempre servía a los demás y ayudaba mucho a los pobres.


pero ahora era viuda y tenía ochenta y cuatro años de edad. Se pasaba noche y día en el templo ayunando, orando y adorando a Dios.


Pero sepan que yo cuidaré de sus huérfanos y de sus viudas; ¡pueden confiar en mí!»


La hermosura es engañosa, la belleza es una ilusión; ¡solo merece alabanzas la mujer que obedece a Dios!


Entonces Ana dedicó a Dios este canto: «Dios me ha hecho muy feliz, Dios me ha dado muchas fuerzas. Puedo taparles la boca a mis enemigos; y estoy feliz porque Dios me ha salvado.


Abraham confió en Dios y, por eso, aunque su esposa Sara no podía tener hijos y él era ya muy viejo, Dios le dio fuerzas para tener un hijo. Y es que Abraham confió en que Dios cumpliría su promesa.


Más bien, que se preocupen por hacer lo bueno, como se espera de las mujeres que aman y respetan a Dios.


Estos seguidores de Jesús eran un grupo muy unido, y siempre oraban juntos. Con ellos se reunían los hermanos de Jesús y algunas mujeres, entre las que se encontraba María, la madre de Jesús. Todos los de este grupo eran como ciento veinte personas. Un día en que todos ellos estaban juntos, Pedro se levantó de pronto y les dijo:


¡Qué difícil es hallar una esposa extraordinaria! ¡Hallarla es como encontrarse una joya muy valiosa!


En todo caso, el esposo debe amar a su esposa, como si se tratara de sí mismo, y la esposa debe respetar a su esposo.


Alabemos al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha hecho nacer de nuevo, y nos ha dado una vida con esperanza. Esto lo ha hecho Dios por su gran amor hacia nosotros y por el poder que mostró cuando resucitó a Jesucristo de entre los muertos


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