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1 Crónicas 12:17 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

17 17 (18) Al verlos, David salió a su encuentro y les dijo: «Si sus intenciones son buenas y vienen para ayudarme, acepto de todo corazón que se unan a mi tropa; pero si lo que quieren es traicionarme y entregarme a mis enemigos, ¡que nuestro Dios los castigue! Yo a nadie le he causado daño, pues no soy un criminal».

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অধিক সংস্কৰণ

Biblia Reina Valera 1960

17 Y David salió a ellos, y les habló diciendo: Si habéis venido a mí para paz y para ayudarme, mi corazón será unido con vosotros; mas si es para entregarme a mis enemigos, sin haber iniquidad en mis manos, véalo el Dios de nuestros padres, y lo demande.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 David salió a su encuentro y dijo: «Si vienen en son de paz para ayudarme, somos amigos; pero si vienen a traicionarme y a entregarme a mis enemigos a pesar de que soy inocente, entonces que el Dios de nuestros antepasados lo vea y los castigue».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 algunos de los hijos de Benjamín y Judá.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 y saliendo David a su encuentro, les habló diciendo: Si venís a mí en paz para ayudarme, mi corazón se unirá a vosotros; pero si es para entregarme a mis enemigos, sin haber iniquidad en mis manos, ¡que el Dios de nuestros padres lo vea y os lo demande!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 También de los de Benjamín y de Judá se pasaron a la fortaleza, a David.

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1 Crónicas 12:17
24 পৰস্পৰ সংযোগসমূহ  

Ni siquiera Miguel, el jefe de los ángeles, se atrevió a hacer algo así. Cuando Miguel peleaba con el diablo para quitarle el cuerpo de Moisés, no lo insultó, sino que solo le dijo: «Que el Señor te castigue».


Cuando lo insultaban, jamás contestaba con insultos, y jamás amenazó a quienes lo hicieron sufrir. Más bien, dejó que Dios lo cuidara y se encargara de todo, pues Dios juzga a todos con justicia.


Solo les pido que vivan dignamente, como lo enseña la buena noticia de Cristo. Porque, sea que yo vaya o no a verlos, quiero estar seguro de que todos ustedes viven muy unidos y que se ponen de acuerdo en todo, y que luchan unidos por anunciar la buena noticia.


Eso es todo, queridos hermanos. Me despido de ustedes pidiéndoles que estén alegres. Traten de ser mejores. Háganme caso. Pónganse de acuerdo unos con otros y vivan tranquilos. Y el Dios que nos ama y nos da paz, estará con ustedes.


Hermanos míos, yo les ruego, de parte de nuestro Señor Jesucristo, que se pongan todos de acuerdo y que no haya divisiones entre ustedes. Al contrario, vivan unidos y traten de ponerse de acuerdo en lo que piensan. Algunos de la familia de Cloe me dijeron que hay asuntos por los que ustedes están discutiendo mucho.


Todos los seguidores de Jesús tenían una misma manera de pensar y de sentir. Todo lo que tenían lo compartían entre ellos, y nadie se sentía dueño de nada.


Haré que tengan buenos pensamientos, y que cambien de conducta. Así me respetarán siempre, y eso será provechoso para ellos y para sus hijos.


Dios mío, yo quiero hacer siempre lo que tú ordenes; ¡enséñame a hacerlo! Pon en mí este único deseo: ¡adorarte solo a ti!


6-7 (7-8) Dios mío, ¡siéntate ya en tu alto trono, y rodeado de las naciones, declárame inocente! ¡Enfréntate a la furia de mis enemigos y muéstrales tu enojo!


Cuando Jehú salió de allí, encontró a Jonadab hijo de Recab, que había ido a buscarlo. Jehú lo saludó, y luego le preguntó: —¿Eres sincero conmigo, como yo lo soy contigo? Jonadab le contestó: —Por supuesto. Jehú le dijo: —Si es así, dame la mano. Jonadab le dio la mano, y Jehú lo ayudó a subir a su carro.


Cuando Joram vio a Jehú le dijo: —¿Vienes como amigo? Jehú contestó: —¿Cómo puedo ser amigo tuyo si tu madre sigue adorando a los ídolos y haciendo brujerías?


Después de la muerte de David, Adonías fue a ver a Betsabé, la madre de Salomón. Ella le preguntó: —¿Vienes como amigo o como enemigo? Él contestó: —Vengo como amigo,


Saúl ya no dejó que David volviera a su casa, sino que lo mantuvo cerca de él, de modo que Jonatán se hizo muy amigo de David. Tanto lo quería Jonatán que, desde ese mismo día, le juró que serían amigos para siempre, pues lo amaba como a sí mismo.


Y Samuel obedeció a Dios. Cuando llegó a Belén, los líderes del pueblo se preocuparon mucho y le dijeron: —¿A qué has venido? ¿Hay algún problema?


Pongo entre nosotros, como juez, al Dios de Abraham y Nahor, nuestros abuelos». Jacob hizo el juramento en el nombre del Dios que su padre Isaac adoraba;


¡Qué bueno que el Dios de mi abuelo Abraham me brindó su ayuda! El Dios de mi padre Isaac fue bueno conmigo, pues me vio cansado y afligido, y anoche te reprendió. Si Dios no lo hubiera hecho, tú me habrías despedido sin nada.


16 (17) Mientras David estaba en la fortaleza, algunos hombres de las tribus de Benjamín y de Judá fueron a verlo para unirse a él.


18 (19) Entonces el espíritu de Dios tomó control de Amasai, jefe de los treinta soldados más valientes del ejército de David, y lo hizo exclamar: «¡El éxito está contigo, David! ¡La victoria siempre te acompaña, y acompañará a los que se te unan, porque Dios te hace triunfar!» David los aceptó, y hasta los puso entre los jefes de la tropa.


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