Abraham se inclinó y puso su rostro en el suelo. Pero por dentro se reía, y se preguntaba: “¿Cómo podré tener un hijo a la edad de cien años? ¿Cómo podría Sara tener un hijo a sus noventa años?”
Rut 1:12 - Versión Biblia Libre Regresena casa, hijas mías, porque soy demasiado vieja para volver a casarme. Aunque esta noche me acostara con un nuevo marido y tuviera hijos, Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Volveos, hijas mías, e idos; porque yo ya soy vieja para tener marido. Y aunque dijese: Esperanza tengo, y esta noche estuviese con marido, y aun diese a luz hijos, Biblia Nueva Traducción Viviente No, hijas mías, regresen a la casa de sus padres, porque ya soy demasiado vieja para volverme a casar. Aunque fuera posible, y me casara esta misma noche y tuviera hijos varones, entonces, ¿qué? Biblia Católica (Latinoamericana) Les repito, regresen a sus hogares, pues yo soy ya vieja para casarme de nuevo. Y aunque tuviera la remota esperanza de casarme esta misma noche y de tener hijos, La Biblia Textual 3a Edicion Volveos hijas mías, id. Pues he envejecido como para tener marido, y aunque dijera: Tengo esperanza; y esta noche estuviera con marido, e incluso diera a luz hijos, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Volveos, pues, hijas mías, andad; que yo soy ya demasiado vieja para volver a casarme. Y aunque os dijera que todavía tengo esperanza, y que esta misma noche habría de tener esposo y aún podría dar a luz hijos, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Volveos, hijas mías, e idos; que yo ya soy vieja para ser para varón. Y aunque dijese: Esperanza tengo; y esta noche estuviese con marido, y aun diere a luz hijos; |
Abraham se inclinó y puso su rostro en el suelo. Pero por dentro se reía, y se preguntaba: “¿Cómo podré tener un hijo a la edad de cien años? ¿Cómo podría Sara tener un hijo a sus noventa años?”
Entonces Judá le dijo a su nuera Tamar, “Ve a la casa de tu padre y vive allí como una viuda hasta que mi hijo Selá crezca”. Porque pensó: “Quizá él también muera, como sus hermanos”. Así que Tamar se fue y se quedó en la casa de su padre.
Solo las viudas mayores de sesenta años que han sido fieles a sus esposos deben estar en la lista.
“¿Por qué quieren volver conmigo?” preguntó Noemí. “No puedo tener más hijos para que se casen con ellos.
¿esperarían a que crecieran? ¿Decidirían que no van a casarse con nadie más? No. Toda esta situación es más amarga para mí que para ustedes, ¡pues el Señor se ha vuelto contra mí!”