Números 11:26 - Versión Biblia Libre Sin embargo, dos hombres llamados Eldad y Medad se habían quedado en el campamento, y el Espíritu vino sobre ellos también. (Habían sido puestos en la lista de los setenta ancianos, pero no habían ido a la tienda. Pero profetizaron donde estaban en el campamento de todos modos). Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y habían quedado en el campamento dos varones, llamados el uno Eldad y el otro Medad, sobre los cuales también reposó el espíritu; estaban estos entre los inscritos, pero no habían venido al tabernáculo; y profetizaron en el campamento. Biblia Nueva Traducción Viviente Sin embargo, dos hombres, Eldad y Medad, se habían quedado en el campamento. Ellos estaban incluidos en la lista de los ancianos, pero no se presentaron en el tabernáculo. Aun así, el Espíritu también se posó sobre ellos y profetizaron allí en el campamento. Biblia Católica (Latinoamericana) Dos hombres se habían quedado en el campamento, el primero se llamaba Eldad y el otro, Medad; el espíritu se posó sobre ellos. Pertenecían a los inscritos, pero no habían ido a la Tienda, y profetizaron en el campamento. La Biblia Textual 3a Edicion Habían quedado en el campamento dos varones, uno de nombre Eldad y el segundo de nombre Medad. El Espíritu reposó también sobre ellos, pues figuraban entre los inscritos, y aunque no habían ido a la Tienda, profetizaron en el campamento. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Se habían quedado en el campamento dos hombres, el uno llamado Eldad y el otro Medad. El espíritu se posó también sobre ellos, porque eran del número de los designados, aunque no habían ido a la tienda, y profetizaron en el campamento. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y habían quedado en el campamento dos varones, uno llamado Eldad y el otro Medad, sobre los cuales también reposó el espíritu; estaban estos entre los escritos, mas no habían salido al tabernáculo; y profetizaron en el campamento. |
Tuviste paciencia con ellos durante muchos años. Les advertiste con tu Espíritu por medio de tus profetas, pero no te escucharon, así que los entregaste a las demás naciones.
Pero Moisés le dijo a Dios: “¿Por qué yo? ¡Yo soy un don nadie! ¡No podré ir ante el Faraón y sacar a los israelitas de Egipto!”
“¡Oh, no, Señor Dios!” respondí. “¡De verdad que no sé hablar en público porque todavía soy demasiado joven!”.
Luego Jeremías le dio a Baruc estas instrucciones: “Estoy prisionero aquí, así que no puedo entrar en el Templo del Señor.
Un joven corrió y le dijo a Moisés: “Eldad y Medad están profetizando en el campamento”.
y al mirar a Israel acampado allí según sus respectivas tribus, el Espíritu de Dios vino sobre él.
Y le preguntaron al Señor: “¿Ya está aquí?” . Y el Señor respondió: “Vayan a buscarlo; está escondido entre el equipaje”.
Entonces el Espíritu del Señor vendrá sobre ti con poder. Profetizarás con ellos, y te convertirás en un hombre diferente.
Saúl no dijo nada ese día porque pensó: “Seguramente le ha pasado algo a David que lo hace ceremonialmente impuro; sí, seguro está impuro”.