La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Mateo 26:3 - Versión Biblia Libre

Entonces los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio de Caifás, el sumo sacerdote.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Entonces los principales sacerdotes, los escribas, y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio del sumo sacerdote llamado Caifás,

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

En ese mismo momento, los principales sacerdotes y los ancianos estaban reunidos en la residencia de Caifás, el sumo sacerdote,

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Por entonces, los jefes de los sacerdotes y las autoridades judías se reunieron en el palacio del sumo sacerdote, que se llamaba Caifás,

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces los principales sacerdotes° y los ancianos del pueblo se reunieron en el atrio del sumo sacerdote, llamado Caifás,

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Se reunieron entonces los pontífices y los ancianos del pueblo en el palacio del sumo sacerdote, que se llamaba Caifás,

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Entonces los príncipes de los sacerdotes, y los escribas, y los ancianos del pueblo, se reunieron en el palacio del sumo sacerdote llamado Caifás,

Ver Capítulo
Otras versiones



Mateo 26:3
23 Referencias Cruzadas  

Se reúnen en sus escondites para espiarme, esperando a matarme.


Yo era como una ovejita confiada a la que llevan al matadero. No sabía que habían conspirado contra mí. Dijeron: “Destruyamos el árbol junto con todo lo que produce. Matémoslo para que nadie recuerde su nombre”.


Pero si se niegan a escucharme y a santificar el día de reposo no llevando carga al entrar por las puertas de Jerusalén en el día de reposo, entonces incendiaré sus puertas con un fuego imposible de apagar, y quemará las fortalezas de Jerusalén.


Mientras tanto, Pedro estaba sentado afuera en el patio. Una joven criada vino donde él estaba y dijo: “¡Tu también estabas con Jesús el galileo!”


Los soldados del gobernador llevaron a Jesús hasta el Pretorio y toda la tropa de soldados lo rodeaba.


Pedro lo seguía a la distancia, y entró al patio de la casa del sumo sacerdote. Se sentó allí con los guardias y se calentaba cerca de la fogata.


Mientras tanto Pedro estaba abajo en el patio. Y una de las criadas del sumo sacerdote pasaba por allí,


Entonces los soldados se lo llevaron al patio del Pretorio, donde llamaron a toda la cohorte.


Entonces prendieron una fogata en medio del patio y se sentaron alrededor de ella. Y Pedro estaba entre ellos.


Anás y Caifás eran los sumos sacerdotes en turno. Este fue el tiempo en que la palabra de Dios vino a Juan, el hijo de Zacarías, quien vivía en el desierto.


Los jefes de los sacerdotes y los Fariseos habían dado la orden de que cualquiera que supiera dónde estaba Jesús debía informarles para así poder arrestarlo.


Anás lo envió, con las manos atadas, ante Caifás, el Sumo sacerdote.


Temprano en la mañana, llevaron a Jesús de donde Caifás hasta el palacio del gobernador romano. Los líderes judíos no entraron al palacio, porque si lo hacían se contaminarían ceremonialmente, y ellos querían estar aptos para comer la Pascua.