Elías el tisbita, (de Tisbe en Galaad), le dijo a Acab: “¡Vive el Señor, el Dios de Israel, al que sirvo, que en los años venideros no habrá rocío ni lluvia si yo no lo digo!”
Mateo 17:3 - Versión Biblia Libre De repente, aparecieron Moisés y Elías delante de ellos, y estos dos estaban hablando con Jesús. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él. Biblia Nueva Traducción Viviente De repente, aparecieron Moisés y Elías y comenzaron a conversar con Jesús. Biblia Católica (Latinoamericana) En seguida vieron a Moisés y Elías hablando con Jesús. La Biblia Textual 3a Edicion Y he aquí, se les aparecieron° Moisés y Elías hablando con Él. Biblia Serafín de Ausejo 1975 En aquel momento se les aparecieron Moisés y Elías, que conversaban con él. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con Él. |
Elías el tisbita, (de Tisbe en Galaad), le dijo a Acab: “¡Vive el Señor, el Dios de Israel, al que sirvo, que en los años venideros no habrá rocío ni lluvia si yo no lo digo!”
¡Miren! Yo enviaré a Elías el profeta antes de que llegue el día del Señor, ese día grande y terrible.
Entonces Jesús se transformó frente a ellos. Su rostro brillaba como el sol. Sus vestiduras se volvieron blancas como la luz.
Pedro los interrumpió diciéndole a Jesús: “Señor, qué bien se siente estar aquí. Si tú quieres haré tres enramadas—una para ti, una para Moisés, y una para Elías”.
Entonces Elías y Moisés se aparecieron frente a ellos también, y hablaban con Jesús.
Irá delante del Señor en el espíritu y el poder de Elías, para convertir los corazones de los padres a sus hijos nuevamente, y convertir a los rebeldes hacia un entendimiento recto, para preparar a un pueblo que esté listo para el Señor.
Lo que fue escrito en la ley y los profetas permaneció hasta Juan. De ahí en adelante se está esparciendo la buena noticia del reino, y todos están ansiosos por entrar.
Entonces, comenzado desde Moisés y todos los profetas, les explicó todo lo que las Escrituras decían sobre él.
Entonces Jesús les dijo: “Esto es lo que les explicaba cuando aún estaba con ustedes. Todo lo que estaba escrito sobre mí en la ley de Moisés, los profetas y los salmos, tenía que cumplirse”.
Cuando los dos hombres estaban a punto de marcharse, Pedro le dijo a Jesús, “Maestro, es grandioso estar aquí. Hagamos unos refugios: uno para ti, uno para Moisés, y uno para Elías”. Pero Pedro en realidad no sabía lo que estaba diciendo.
La ley fue dada por medio de Moisés; pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.
Voy a enviarles un profeta de su pueblo. Le daré mis mensajes y les dirá todo lo que le ordene.
Desde entonces nunca ha habido un profeta en Israel como Moisés que fuera amigo íntimo del Señor.