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Lucas 9:60 - Versión Biblia Libre

“Deja que los muertos entierren a sus propios muertos”, le respondió Jesús. “Tú ve y proclama el reino de Dios”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Jesús le dijo: —¡Deja que los muertos espirituales entierren a sus propios muertos! Tu deber es ir y predicar acerca del reino de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Jesús le dijo: 'Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú vé a anunciar el Reino de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos, y tú anda, proclama el reino de Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Jesús le replicó: 'Deja que los muertos entierren a sus muertos; pero tú, vete a anunciar el reino de Dios'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú, ve y predica el reino de Dios.

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Otras versiones



Lucas 9:60
14 Referencias Cruzadas  

Jesús viajó por toda Galilea, enseñando en las sinagogas, contando las buena nueva del reino, y sanando todas las enfermedades que tenían las personas.


“Sígueme. Deja que los muertos sepulten a sus propios muertos”, le respondió Jesús.


porque este es mi hijo que estaba muerto, pero que ha regresado a la vida; estaba perdido, pero ahora ha sido encontrado’. Y comenzaron a celebrar.


¡Pero deberías estar feliz y celebrar! ¡Este es tu hermano que estaba muerto, pero ha vuelto a vivir; estaba perdido pero lo hemos encontrado!’”


No tengo nada por lo cual jactarme en predicar la buena noticia, porque es algo que hago como deber. ¡De hecho, para mí es terrible si no comparto la buena noticia!


En un tiempo ustedes estaban muertos en sus pecados y maldad,


incluso cuando estábamos muertos en nuestros pecados, nos ha resucitado junto a Cristo. ¡Creer en él los ha salvado!


Pero una viuda que solo se concentra en agradarse a sí misma, ya está muerta, aunque esté viva físicamente.


Que prediques la palabra de Dios, sea conveniente o no, y dile a las personas lo que están haciendo mal; dales consejo y ánimo. Y enséñales esto con mucha paciencia.


Debes mantenerte alerta todo el tiempo. Haz frente a las dificultades, trabaja en la predicación de la buena noticia, y cumple tu ministerio.


“Escribe esto al ángel de la iglesia de Sardis: Esto es lo que dice el que tiene los siete Espíritus de Dios y las siete estrellas: Yo sé lo que has logrado, y que tienes la apariencia de estar vivo, pero en realidad estás muerto.