Pero Juan trató de hacerlo cambiar de opinión, diciendo, “Yo soy quien necesito ser bautizado por ti, ¿y tu vienes a mí para que yo te bautice?”
Lucas 9:49 - Versión Biblia Libre Juan levantó la voz, diciendo: “Maestro, vimos a alguien expulsando demonios en tu nombre y tratamos de detenerlo porque no era uno de nosotros”. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Entonces respondiendo Juan, dijo: Maestro, hemos visto a uno que echaba fuera demonios en tu nombre; y se lo prohibimos, porque no sigue con nosotros. Biblia Nueva Traducción Viviente Juan le dijo a Jesús: —Maestro, vimos a alguien usar tu nombre para expulsar demonios, pero le dijimos que no lo hiciera porque no pertenece a nuestro grupo. Biblia Católica (Latinoamericana) En ese momento Juan tomó la palabra y le dijo: 'Maestro, hemos visto a uno que hacía uso de tu nombre para echar fuera demonios, y le dijimos que no lo hiciera, pues no te sigue junto a nosotros. La Biblia Textual 3a Edicion Y tomando la palabra Juan, dijo: Maestro, vimos a uno echando fuera demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo, porque no sigue con nosotros. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Entonces Juan, tomando la palabra, dijo: 'Maestro, hemos visto a uno que estaba expulsando demonios en tu nombre y queríamos impedírselo, porque no anda con nosotros'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces respondiendo Juan, dijo: Maestro, hemos visto a uno que echaba fuera demonios en tu nombre; y se lo prohibimos, porque no sigue con nosotros. |
Pero Juan trató de hacerlo cambiar de opinión, diciendo, “Yo soy quien necesito ser bautizado por ti, ¿y tu vienes a mí para que yo te bautice?”
“Señor, trabajamos arduamente toda la noche y no atrapamos nada. Pero si tú lo dices, lanzaré las redes”, respondió Pedro.
Cuando los dos hombres estaban a punto de marcharse, Pedro le dijo a Jesús, “Maestro, es grandioso estar aquí. Hagamos unos refugios: uno para ti, uno para Moisés, y uno para Elías”. Pero Pedro en realidad no sabía lo que estaba diciendo.
“¿Acaso no les dimos orden de no enseñar en este nombre?” preguntó el Sumo Sacerdote, con tono exigente. “¡Miren, han saturado a toda Jerusalén con su enseñanza, y ahora ustedes tratan de culparnos por la muerte de él!”
tratando de detener nuestra predicación a las otras naciones para impedir que se salven. Ellos siempre están pecando hasta el máximo nivel, pero para ellos ha llegado el juicio con todo su peso.