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Lucas 9:31 - Versión Biblia Libre

Hablaban de su muerte, la cual ocurriría en Jerusalén.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

quienes aparecieron rodeados de gloria, y hablaban de su partida, que iba Jesús a cumplir en Jerusalén.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Se veían llenos de gloria. Y hablaban sobre la partida de Jesús de este mundo, lo cual estaba a punto de cumplirse en Jerusalén.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Se veían en un estado de gloria y hablaban de su partida, que debía cumplirse en Jerusalén.

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La Biblia Textual 3a Edicion

quienes, habiéndose aparecido en esplendor, hablaban° del éxodo° que Él estaba a punto de cumplir en Jerusalem.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

que, aparecidos en gloria, hablaban de la partida que él había de cumplir en Jerusalén.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

que aparecieron con gloria, y hablaban de su partida, la cual Él había de cumplir en Jerusalén.

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Otras versiones



Lucas 9:31
14 Referencias Cruzadas  

“El Hijo del hombre tendrá que experimentar horribles sufrimientos”, dijo. “Será rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes, y por los maestros religiosos. Lo matarán, pero el tercer día se levantará de nuevo”.


Entonces aparecieron dos hombres rodeados de una gloria brillante. Eran Moisés y Elías, y comenzaron a hablar con Jesús.


Al día siguiente, Juan vio que Jesús se acercaba a él, y dijo: “¡Miren, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!


Así que todos nosotros, con nuestros rostros descubiertos, vemos y reflejamos al Señor como en un espejo. Estamos siendo transformados conforme a la misma imagen del espejo, cuya gloria es cada vez más brillante. Esto es lo que hace el Señor, que es el Espíritu.


Él creará nuevamente nuestros defectuosos cuerpos humanos para que sean como su cuerpo glorioso, por medio del poder con el cual él controla todas las cosas.


Cuando Cristo, —su vida—sea revelado, entonces ustedes también participarán de su gloria visible.


Por fe en Dios, José, cuando se acercaba su hora de muerte también, habló sobre el éxodo de los israelitas, e instruyó sobre lo que debían hacer con sus huesos.


Pero después de que hayan sufrido un poco, el Dios de toda gracia, que los llamó a su gloria eterna en Cristo, él mismo los restaurará, los sostendrá, los fortalecerá y les dará un fundamento sólido.


Así que haré mi mejor esfuerzo para que aunque me vaya, ustedes puedan siempre recordar estas cosas.


Y yo respondí: “Mi Señor, tú sabes la respuesta”. Entonces me dijo: “Estos son los que han pasado por gran persecución. Y han lavado sus túnicas, blanqueándolas por medio de la sangre del Cordero.