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Lucas 8:3 - Versión Biblia Libre

Juana, la esposa de Chuza, quien era el administrador de Herodes; Susana; y muchas otras que contribuían con sus recursos personales.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus bienes.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Juana, la esposa de Chuza, administrador de Herodes; Susana; y muchas otras que contribuían con sus propios recursos al sostén de Jesús y sus discípulos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Juana, mujer de un administrador de Herodes, llamado Cuza; Susana, y varias otras que los atendían con sus propios recursos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

y Juana, mujer de Chuza, mayordomo de Herodes, y Susana, y otras muchas que los° servían con sus bienes.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Juana, la mujer de Cusa, administrador de Herodes; Susana y otras muchas, que les ayudaban con sus propios bienes.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

y Juana, esposa de Chuza, mayordomo de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus bienes.

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Otras versiones



Lucas 8:3
19 Referencias Cruzadas  

La viuda debe tener reputación de hacer el bien. ¿Crió a sus hijos apropiadamente? ¿Ha sido hospitalaria? ¿Ha lavado los pies de otros miembros de la iglesia? ¿Ha ayudado a aquellos que estaban en dificultad? ¿Ha procurado hacer el bien en todas las formas?


Todos los creyentes les envían saludo, especialmente los del palacio del César.


Porque ustedes conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo. Que aunque era rico, se volvió pobre por ustedes, a fin de que a través de su pobreza ustedes pudieran llegar a ser ricos.


Los pobres siempre estarán entre ustedes, pero no siempre me tendrán a mí.


El rey les dirá: ‘en verdad les digo que todo lo que hicieron por uno de estos de menor importancia, lo hicieron por mi’.


Entraron a la casa y vieron al niño con María, su madre. Se arrodillaron y lo adoraron. Entonces abrieron sus bolsas de tesoros y le obsequiaron regalos de oro, incienso y mirra.


Sin embargo, sus beneficios y lo que gane será consagrado al Señor. No se guardará ni ahorrará, porque sus ganancias de los negocios irán a los que adoran al Señor, para proveerlos de abundante comida y buenas ropas.


Pero, ¿quién soy yo y quién es mi pueblo, para que seamos capaces de dar de tan buena gana? Porque todo lo que tenemos viene de ti; sólo te devolvemos lo que tú nos has dado.


Y las que le contaron a los apóstoles lo que había sucedido fueron María Magdalena, Juana, María la madre de Santiago y otras mujeres que estaban con ellas.


La iglesia de Antioquía tenía profetas y maestros: Bernabé, Simón (llamado el Negro), Lucio de Cirene, Manaén (amigo de la infancia de Herodes, el tetrarca), y Saulo.


En ese tiempo, Herodes el tetrarca escuchó lo que Jesús hacía


Herodes había arrestado a Juan, lo había encadenado y lo había puesto en prisión por petición de Herodías, la esposa de Felipe, su hermano.


Sin embargo, el día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó en la fiesta, y Herodes estaba contento con ella.


“Cuando llegó la noche, el propietario de la viña le dijo a su administrador: ‘Llama a los trabajadores y págales sus salarios. Comienza con los trabajadores que fueron contratados al final y luego continúa con los que fueron contratados al principio’.


Muchas mujeres también miraban a la distancia, las que habían seguido a Jesús desde Galilea y lo habían apoyado.


Él no decía esto porque le interesaran los pobres, sino porque era un ladrón. Él era quien administraba el dinero de los discípulos y a menudo tomaba de ese dinero para sí mismo.