Les digo la verdad, y es que entre la humanidad, no hay ninguno más grande que Juan el Bautista, pero incluso el menos importante en el reino de los cielos es más grande que él.
Lucas 7:28 - Versión Biblia Libre “¡Yo les digo a ustedes, ningún hombre nacido de mujer es más grande que Juan, pero incluso es menos importante en el reino de Dios es más grande que él!” Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Os digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él. Biblia Nueva Traducción Viviente Les digo que de todos los hombres que han vivido, nadie es superior a Juan. Sin embargo, hasta la persona más insignificante en el reino de Dios es superior a él». Biblia Católica (Latinoamericana) Yo les digo que entre los hijos de mujer no hay ninguno más grande que Juan Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de Dios es más que él. La Biblia Textual 3a Edicion Os digo que entre los nacidos de mujeres, ninguno es mayor° que Juan;° pero el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Yo os digo: entre los nacidos de mujer, no hay ninguno mayor que Juan. Con todo, el más pequeño en el reino de Dios es mayor que él'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Porque os digo que entre los nacidos de mujer, no hay profeta más grande que Juan el Bautista; pero el que es más pequeño en el reino de Dios, más grande es que él. |
Les digo la verdad, y es que entre la humanidad, no hay ninguno más grande que Juan el Bautista, pero incluso el menos importante en el reino de los cielos es más grande que él.
Tiempo después, apareció en escena Juan el Bautista, predicando en el desierto de Judea:
Juan respondió y les explicó a todos: “Sí, yo los bautizo en agua. Pero el que viene es más importante que yo, y yo no soy digno siquiera de desabrochar su calzado. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.
“De él se escribió en la Escritura: ‘Mira, yo envío a mi mensajero para que vaya delante de ti y prepare tu camino’.
Cuando oyeron esto, todos—incluyendo los cobradores de impuestos—siguieron lo que Dios dijo que era lo correcto, pues habían sido bautizados por Juan.
Entonces les dijo: “Todo aquél que acepta a este niño en mi nombre, me acepta a mí, y todo aquél que me acepta a mí, acepta al que me envió. El menos importante entre todos ustedes es el más importante”.