Entonces el ángel le dijo: “¡No toques al niño! No le hagas nada, porque ahora sé que realmente obedeces a Dios, pues no te negaste a darme a tu hijo, a tu único hijo”.
Lucas 5:20 - Versión Biblia Libre Cuando Jesús vio la confianza que ellos tenían en él, dijo al hombre paralítico: “Tus pecados están perdonados”. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Al ver él la fe de ellos, le dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados. Biblia Nueva Traducción Viviente Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo al hombre: «Joven, tus pecados son perdonados». Biblia Católica (Latinoamericana) Viendo Jesús la fe de estos hombres, dijo al paralítico: 'Amigo, tus pecados quedan perdonados. La Biblia Textual 3a Edicion Viendo la fe de ellos, dijo: ¡Hombre, tus pecados te son perdonados! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando él vio la fe de aquellos hombres, dijo: 'Hombre, perdonados te quedan tus pecados'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y al ver Él la fe de ellos, le dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados. |
Entonces el ángel le dijo: “¡No toques al niño! No le hagas nada, porque ahora sé que realmente obedeces a Dios, pues no te negaste a darme a tu hijo, a tu único hijo”.
Definitivamente fue por mi bien que pasé por esta amarga experiencia. Tú, en tu amor, me has salvado del pozo de la destrucción y has perdonado todos mis pecados.
Allí le trajeron a un hombre paralítico acostado en una estera. Cuando Jesús vio cuánto confiaban en él, le dijo al paralítico: “¡Anímate, amigo mío! Tus pecados están perdonados”.
¿Qué es más fácil decir, ‘tus pecados están perdonados’, o ‘levántate y camina’?
Cuando Jesús vio la confianza que tuvieron estos hombres, le dijo al hombre paralítico: “Amigo, tus pecados están perdonados”.
Él no necesitaba que nadie le hablara acerca de la naturaleza humana porque él conocía cómo pensaban las personas.
Después de esto, Jesús encontró al hombre en el Templo, y le dijo: “Mira, ahora has sido sanado. Deja de pecar o podría ocurrirte algo peor”.
Cuando llegó y vio con sus propios ojos cómo estaba obrando la gracia de Dios, se deleitó en esto. Y animó a todos a que se consagraran por completo a Dios y a mantenerse fieles.
Entonces este hombre se sentó allí para escuchar a Pablo predicar. Y cuando Pablo lo miró directamente a él y se dio cuenta de que este hombre estaba creyendo en el Señor para ser sanado,
A todo el que ustedes perdonen, yo también perdono. Lo que he perdonado, sea lo que sea, lo he perdonado ante Cristo, en beneficio de ustedes.
Sean pacientes unos con otros, perdonen a otros entre ustedes si hay algún agravio de uno contra otro. Así como el Señor los perdonó a ustedes, hagan lo mismo.
Hay quien podría debatirme: “Tú tienes tu fe en Dios pero yo tengo mis buenas obras”. Pues bien, ¡muéstrame tu fe en Dios sin buenas obras, y yo te mostraré mi fe en Dios con mis buenas obras!