La gente estaba maravillada de su enseñanza, porque él hablaba con autoridad, no como los maestros religiosos.
Lucas 4:32 - Versión Biblia Libre Ellos estaban sorprendidos por lo que enseñaba porque hablaba con autoridad. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad. Biblia Nueva Traducción Viviente Allí también la gente quedó asombrada de su enseñanza, porque hablaba con autoridad. Biblia Católica (Latinoamericana) y su enseñanza hacía gran impacto sobre la gente, porque hablaba con autoridad. La Biblia Textual 3a Edicion Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 y se quedaban atónitos de su manera de enseñar, porque su palabra estaba revestida de autoridad. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y se maravillaban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad. |
La gente estaba maravillada de su enseñanza, porque él hablaba con autoridad, no como los maestros religiosos.
Todos los que lo escuchaban hablar se quedaban sorprendidos por su entendimiento y por las respuestas que daba.
En la sinagoga había un hombre que estaba poseído por un demonio. Y gritaba:
Y todos estaban sorprendidos y se preguntaban unos a otros: “¿Qué enseñanza es esta? Pues con poder y autoridad da orden de salir a los espíritus malignos ¡y ellos lo hacen!”
El Espíritu da vida; el cuerpo físico no sirve para nada. ¡Las palabras que les he dicho son Espíritu y son vida!
Pero sí hemos renunciado a los actos secretos y vergonzosos. No actuamos con engaño ni distorsionamos la Palabra de Dios. Nosotros demostramos lo que somos al revelar la verdad ante Dios, a fin de que todos puedan decidirse a conciencia.
La buena noticia que les llevamos no eran solo palabras, sino que estaba llena de poder también, pues el Espíritu Santo los convenció por completo. Del mismo modo, ustedes saben qué tipo de hombres somos, pues les demostramos que estábamos trabajando por el bien de ustedes.
Tales cosas debes enseñar. Pues tienes autoridad para animar y corregir en cuanto sea necesario. No permitas que nadie te menosprecie.