Pero Naamán se enfadó y se marchó, diciendo: “Esperaba que al menos saliera, se quedara allí e invocara el nombre del Señor, su Dios, y agitara su mano sobre donde está mi lepra y la sanara.
Lucas 23:8 - Versión Biblia Libre Herodes estaba complacido de ver a Jesús pues hacía mucho tiempo había querido conocerlo. Había oído de él y esperaba verlo hacer algún milagro. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Herodes, viendo a Jesús, se alegró mucho, porque hacía tiempo que deseaba verle; porque había oído muchas cosas acerca de él, y esperaba verle hacer alguna señal. Biblia Nueva Traducción Viviente Herodes se alegró mucho por la oportunidad de ver a Jesús, porque había oído hablar de él y hacía tiempo que quería verlo realizar un milagro. Biblia Católica (Latinoamericana) Al ver a Jesús, Herodes se alegró mucho. Hacía tiempo que deseaba verlo por las cosas que oía de él, y esperaba que Jesús hiciera algún milagro en su presencia. La Biblia Textual 3a Edicion Al ver a Jesús, Herodes se alegró grandemente, porque por haber oído acerca de Él, desde hacía° bastante tiempo deseaba verlo, y esperaba ver algún milagro hecho° por Él. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Al ver Herodes a Jesús se alegró mucho; porque desde hacía bastante tiempo estaba deseando verlo por lo que había oído acerca de él, y tenía la esperanza de verlo hacer algún milagro. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Herodes, viendo a Jesús, se alegró mucho, pues hacía mucho tiempo que quería verle; porque había oído de Él muchas cosas, y tenía esperanza que le vería hacer algún milagro. |
Pero Naamán se enfadó y se marchó, diciendo: “Esperaba que al menos saliera, se quedara allí e invocara el nombre del Señor, su Dios, y agitara su mano sobre donde está mi lepra y la sanara.
El Rey Herodes llegó a escuchar sobre Jesús desde que se había vuelto reconocido. Algunos decían: “Este es Juan el Bautista que ha resucitado de entre los muertos. Por eso tiene tales poderes milagrosos”.
Jesús entonces llamó a la multitud y a sus discípulos para que se acercaran a él, y les dijo: “Si alguno quiere seguirme, debe renunciar a sí mismo, cargar su cruz y entonces seguirme.
Jesús respondió: “Estoy seguro de que ustedes me repetirán este proverbio: ‘Médico, ¡cúrate a ti mismo!’ y preguntarán: ‘¿Por qué no haces aquí en tu propia ciudad lo que oímos que hiciste en Capernaúm?’
“Dénme este poder también”, les pidió, “para que cualquiera sobre el cual yo coloque mis manos, reciba el Espíritu Santo”.