“¿Quién te ha encargado como juez sobre nosotros?” , respondió el hombre. “¿Acaso vas a matarme como lo hiciste con el egipcio?” Entonces Moisés se asustó por esto y se dijo a sí mismo: “¡La gente sabe lo que he hecho!”
Lucas 12:14 - Versión Biblia Libre “Amigo mío”, respondió Jesús, “¿Quién me designó como juez para decidir si esa herencia debe dividirse?” Entonces le dijo a la gente: Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor? Biblia Nueva Traducción Viviente Jesús le respondió: —Amigo, ¿quién me puso por juez sobre ustedes para decidir cosas como esa? Biblia Católica (Latinoamericana) Le contestó: 'Amigo, ¿quién me ha nombrado juez o partidor de herencias?' La Biblia Textual 3a Edicion Él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto como juez o partidor entre vosotros? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero él le contestó: '¡Hombre! ¿Quién me ha constituido juez o partidor entre vosotros?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Mas Él le dijo: Hombre, ¿quién me puso por juez o partidor sobre vosotros? |
“¿Quién te ha encargado como juez sobre nosotros?” , respondió el hombre. “¿Acaso vas a matarme como lo hiciste con el egipcio?” Entonces Moisés se asustó por esto y se dijo a sí mismo: “¡La gente sabe lo que he hecho!”
Pueblo, el Señor te ha dicho lo que es bueno, y esto es lo que él pide de ti: hacer lo bueno, amar la bondad, y caminar en humildad con tu Dios.
Y uno que estaba en la multitud le preguntó a Jesús: “Maestro, por favor, dile a mi hermano que comparta su herencia conmigo”.
Un rato más tarde otra persona lo miró y dijo: “Tú también eres uno de ellos”. “¡No, no lo soy!” respondió Pedro.
Cuando Jesús vio la confianza que ellos tenían en él, dijo al hombre paralítico: “Tus pecados están perdonados”.
Jesús se dio cuenta de que ellos estaban a punto de obligarlo a convertirse en su rey, así que se fue de allí y subió a la montaña para estar solo.
“Ninguno, Señor”, respondió ella. “Yo tampoco te condeno”, le dijo Jesús. “Vete y no peques más”.
Así que si juzgas a otros, no tienes excusa, quienquiera que seas. Pues en todo lo que condenas a otros, te estás juzgando a ti mismo, porque tú haces las mismas cosas.
Pero cuando tú los juzgas, ¿realmente crees que de alguna manera podrás escapar del juicio de Dios?
Y esa no es manera de hablar, porque ¿quién eres tú, —un simple mortal—, para contradecir a Dios? ¿Puede alguna cosa creada decirle a su creador: “por qué me hiciste así?”