La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Lucas 12:14 - Versión Biblia Libre

“Amigo mío”, respondió Jesús, “¿Quién me designó como juez para decidir si esa herencia debe dividirse?” Entonces le dijo a la gente:

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor?

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Jesús le respondió: —Amigo, ¿quién me puso por juez sobre ustedes para decidir cosas como esa?

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

Le contestó: 'Amigo, ¿quién me ha nombrado juez o partidor de herencias?'

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto como juez o partidor entre vosotros?

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero él le contestó: '¡Hombre! ¿Quién me ha constituido juez o partidor entre vosotros?'.

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Mas Él le dijo: Hombre, ¿quién me puso por juez o partidor sobre vosotros?

Ver Capítulo
Otras versiones



Lucas 12:14
11 Referencias Cruzadas  

“¿Quién te ha encargado como juez sobre nosotros?” , respondió el hombre. “¿Acaso vas a matarme como lo hiciste con el egipcio?” Entonces Moisés se asustó por esto y se dijo a sí mismo: “¡La gente sabe lo que he hecho!”


Pueblo, el Señor te ha dicho lo que es bueno, y esto es lo que él pide de ti: hacer lo bueno, amar la bondad, y caminar en humildad con tu Dios.


Y uno que estaba en la multitud le preguntó a Jesús: “Maestro, por favor, dile a mi hermano que comparta su herencia conmigo”.


Un rato más tarde otra persona lo miró y dijo: “Tú también eres uno de ellos”. “¡No, no lo soy!” respondió Pedro.


Cuando Jesús vio la confianza que ellos tenían en él, dijo al hombre paralítico: “Tus pecados están perdonados”.


Jesús se dio cuenta de que ellos estaban a punto de obligarlo a convertirse en su rey, así que se fue de allí y subió a la montaña para estar solo.


“Ninguno, Señor”, respondió ella. “Yo tampoco te condeno”, le dijo Jesús. “Vete y no peques más”.


Así que si juzgas a otros, no tienes excusa, quienquiera que seas. Pues en todo lo que condenas a otros, te estás juzgando a ti mismo, porque tú haces las mismas cosas.


Pero cuando tú los juzgas, ¿realmente crees que de alguna manera podrás escapar del juicio de Dios?


Y esa no es manera de hablar, porque ¿quién eres tú, —un simple mortal—, para contradecir a Dios? ¿Puede alguna cosa creada decirle a su creador: “por qué me hiciste así?”