El Señor dijo a mi Señor, “Siéntate a mi derecha, hasta que haga de tus enemigos un estrado para ti”.
Lucas 1:43 - Versión Biblia Libre ¿Por qué soy tan honrada en recibir la visita de la madre de mi Señor? Más versionesBiblia Reina Valera 1960 ¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí? Biblia Nueva Traducción Viviente ¿Por qué tengo este honor, que la madre de mi Señor venga a visitarme? Biblia Católica (Latinoamericana) ¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor? La Biblia Textual 3a Edicion ¿Por qué se me concede° esto, que la madre de mi Señor venga a mí? Biblia Serafín de Ausejo 1975 ¿Y de dónde a mí esto: que la madre de mi Señor venga a mí? Biblia Reina Valera Gómez (2023) ¿Y de dónde esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí? |
El Señor dijo a mi Señor, “Siéntate a mi derecha, hasta que haga de tus enemigos un estrado para ti”.
Mientras Jesús hablaba a las multitudes, su madre y sus hermanos llegaron y lo esperaban fuera, y querían hablar con él.
Pero Juan trató de hacerlo cambiar de opinión, diciendo, “Yo soy quien necesito ser bautizado por ti, ¿y tu vienes a mí para que yo te bautice?”
y gritó con voz muy fuerte: “¡Cuán bendita eres entre las mujeres, y cuán bendito será el hijo que nacerá de ti!
Tan pronto como escuché que me llamabas, saludándome, mi bebé saltó de alegría dentro de mí.
El Salvador ha nacido hoy, aquí en la ciudad de David. Él es el Mesías, el Señor.
Ni siquiera creo que yo sea digno de ir a verte. Solo da la orden, y mi siervo será sanado.
“Ustedes me llaman ‘Maestro’ y ‘Señor,’ y está bien que lo hagan, pues eso es lo que soy.
No hagan ninguna cosa con un espíritu egoísta u orgulloso, sino piensen con humildad unos de otros cosas mejores que las que piensan de ustedes mismos.
En verdad considero todo como pérdida al compararlas con el gran beneficio que he ganado al conocer a Cristo Jesús, mi Señor. He menospreciado todas estas cosas por él, y las considero como basura, a fin de poder ganar a Cristo.
Ella se inclinó con el rostro hacia el suelo. “¿Por qué eres tan amable conmigo o te fijas en mí, viendo que soy extranjera?” , le preguntó.
Ella se levantó, se inclinó y dijo: “Soy la sierva de David. Estoy dispuesta a servir y a lavar los pies de los siervos de mi señor”.