Entonces Jetro, el suegro de Moisés y sacerdote de Madián, escuchó todo lo que Dios había hecho por Moisés y su pueblo, los israelitas, y cómo el Señor los había sacado de Egipto.
Jueces 4:11 - Versión Biblia Libre (Heber el ceneo se había separado de los demás ceneos, los descendientes de Hobab, el suegro de Moisés, y había instalado su tienda en el gran árbol de Zaanannim, que está cerca de Cedes). Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y Heber ceneo, de los hijos de Hobab suegro de Moisés, se había apartado de los ceneos, y había plantado sus tiendas en el valle de Zaanaim, que está junto a Cedes. Biblia Nueva Traducción Viviente Ahora bien, Heber el ceneo, un descendiente de Hobab, cuñado de Moisés, se había separado de los demás miembros de su tribu y armó su carpa junto al roble de Saananim, cerca de Cedes. Biblia Católica (Latinoamericana) Este Jeber acampaba cerca de la Encina de Saananim, al lado de Cadés, después de separarse de los otros quenitas descendientes de Jobab, cuñado de Moisés. La Biblia Textual 3a Edicion Es de saber que Heber ceneo, se había apartado de los ceneos, descendientes de Hobab, cuñado de Moisés, y había ido desplegando sus tiendas hasta el encinar de Zaanaim, que está junto a Cedes. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Jéber, el quenita, se había separado de Caín, de los hijos de Jobab, suegro de Moisés, y había plantado su tienda junto al encinar de Saananín, que está cerca de Cades. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Heber cineo, de los hijos de Hobab suegro de Moisés, se había apartado de los cineos, y puesto su tienda hasta el valle de Zaananim, que está junto a Cedes. |
Entonces Jetro, el suegro de Moisés y sacerdote de Madián, escuchó todo lo que Dios había hecho por Moisés y su pueblo, los israelitas, y cómo el Señor los había sacado de Egipto.
Cuando llegaron a casa, su padre Reuel les preguntó: “¿Cómo es que hoy han regresado tan rápido?”
Moisés era un pastor que cuidaba el rebaño de Jetro, su suegro, el sacerdote de Madián. Condujo el rebaño lejos en el desierto hasta que llegó al monte de Dios, el monte Horeb.
Moisés le explicó a Hobab, el hijo del suegro de Moisés, Reuel, el madianita, “Nos vamos al lugar que el Señor prometió diciendo: ‘Te daré esta tierra’. Ven con nosotros y seremos buenos contigo, porque el Señor le ha prometido cosas buenas a Israel”.
Si vienes con nosotros, todo lo bueno que el Señor nos de como bendición lo compartiremos contigo”.
Dirigió su atención a los ceneos y dio esta declaración sobre ellos, diciendo, “Donde vives está seguro y protegido, como un nido en la cara de un acantilado.
Su límite comenzaba en Jélef, junto a la encina de Sananín, y seguía hasta Adaminéqueb, Jabnel, y continuaba hasta Lacún, terminando en el Jordán.
Los descendientes del suegro de Moisés, el ceneo, fueron con el pueblo de Judá desde la ciudad de las palmeras hasta el desierto de Judá, en el Néguev, cerca de Arad, donde se establecieron entre el pueblo.
Mandó llamar a Barac, hijo de Abinoam, desde la ciudad de Cedes, en Neftalí, y le dijo: “El Señor, el Dios de Israel, te lo ordena: ‘Ve al monte Tabor, y toma contigo diez mil hombres de Neftalí y Zabulón, y llévalos allí.
Saúl envió un mensaje para advertirles a los ceneos: “Salgan de la zona y dejen a los amalecitas para que no los destruya a ustedes con ellos, porque ustedes mostraron bondad con todo el pueblo de Israel en su camino desde Egipto”. Así que los ceneos se alejaron y dejaron abandonaron a los amalecitas.
Cuando Aquis le preguntaba: “¿Dónde has estado asaltando hoy?” David respondía: “En el desierto de Judá”, o “el desierto de Jerameel”, o “el desierto de los ceneos”.