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Jueces 21:2 - Versión Biblia Libre

Los israelitas fueron a Betel y se sentaron allí ante Dios hasta el atardecer, llorando a gritos de angustia.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y vino el pueblo a la casa de Dios, y se estuvieron allí hasta la noche en presencia de Dios; y alzando su voz hicieron gran llanto, y dijeron:

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces el pueblo de Israel fue a Betel y permaneció en presencia de Dios hasta la noche, llorando amargamente en voz alta.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Se reunieron en Betel y permanecieron ante Yavé hasta la tarde con gritos y grandes lamentaciones. Decían:

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y el pueblo llegó a Bet-’El, y allí permanecieron ante ’Elohim hasta la tarde, y alzando la voz prorrumpieron en gran llanto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Vino luego el pueblo a Betel, donde permaneció en presencia de Dios hasta la tarde, llorando amargamente a voz en grito y

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y vino el pueblo a la casa de Dios, y se estuvieron allí hasta la tarde delante de Dios; y alzando su voz hicieron gran llanto, y dijeron:

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Otras versiones



Jueces 21:2
10 Referencias Cruzadas  

“¿Acaso solo tienes una bendición, padre mío?” preguntó Esaú. “¡Por favor bendíceme a mi también!” Entonces Esaú comenzó a llorar a gritos.


La tierra había sido sometida y estaba ante ellos. Los israelitas se reunieron en Silo e instalaron el Tabernáculo de Reunión.


Después de que el ángel del Señor explicó esto a todos los israelitas, el pueblo lloró a gritos.


Los israelitas fueron a Betel y le preguntaron a Dios: “¿Quiénes de nosotros deben ser los primeros en ir a luchar contra los benjamitas?” “Judá debe ir primero”, respondió el Señor.


Los israelitas fueron y clamaron ante el Señor hasta el atardecer y preguntaron: “¿Debemos ir a atacar de nuevo a los benjamitas, nuestros parientes?” “Vayan y atáquenlos”, respondió el Señor.


Entonces todos los israelitas y todo su ejército fueron a Betel y se sentaron allí a llorar ante el Señor. Ese día ayunaron hasta la noche y dieron holocaustos y ofrendas de comunión al Señor.


Lograron encontrar entre los habitantes de Jabés Galaad cuatrocientas vírgenes que no habían tenido relaciones sexuales con un hombre. Las llevaron al campamento de Silo, en la tierra de Canaán.


“Señor, Dios de Israel, ¿por qué le ha sucedido esto a Israel?” , preguntaron. “Hoy falta una de nuestras tribus en Israel”.


Cuando los mensajeros llegaron a Guibeá de Saúl y dieron el mensaje mientras el pueblo escuchaba, todos lloraron a gritos.


David y sus hombres lloraron a gritos hasta no poder más.