“¿Por qué han venido a verme?” les preguntó Isaac. “¡Antes me odiaban y me pidieron que me fuera!”
Jueces 11:7 - Versión Biblia Libre “¿No fueron ustedes los que me odiaron y me expulsaron de la casa de mi padre?” Jefté les preguntó: “¿Por qué vienen a mí ahora que están en problemas?” . Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Jefté respondió a los ancianos de Galaad: ¿No me aborrecisteis vosotros, y me echasteis de la casa de mi padre? ¿Por qué, pues, venís ahora a mí cuando estáis en aflicción? Biblia Nueva Traducción Viviente Pero Jefté les respondió: —¿Acaso no son ustedes los mismos que me odiaban y me echaron de la casa de mi padre? ¿Por qué vienen a buscarme ahora que están en apuros? Biblia Católica (Latinoamericana) Pero Jefté respondió a los ancianos de Galaad: '¿No fueron ustedes los que me despreciaron y me echaron de la casa de mi padre? ¡Y vienen ahora a buscarme porque están en peligro!' La Biblia Textual 3a Edicion Pero Jefté contestó a los ancianos de Galaad: ¿No sois vosotros los que me aborrecisteis y me expulsasteis de la casa de mi padre?° ¿Por qué pues venís ahora a mí cuando estáis en aprietos? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero Jefté respondió a los ancianos de Galaad: '¿No sois vosotros los que me odiabais, hasta arrojarme de la casa de mi padre? ¿Por qué venís a mí ahora que estáis en aprieto?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Jefté respondió a los ancianos de Galaad: ¿No me habéis aborrecido vosotros, y me echasteis de la casa de mi padre? ¿Por qué, pues, venís ahora a mí cuando estáis en aflicción? |
“¿Por qué han venido a verme?” les preguntó Isaac. “¡Antes me odiaban y me pidieron que me fuera!”
En vez de eso, ¿por qué no lo vendemos a estos ismaelitas? No tenemos que matarlo. Después de todo, es nuestro hermano, nuestra propia carne y sangre”. Sus hermanos estuvieron de acuerdo.
Un verdadero amigo estará siempre allí para amarte, y la familia te ayudará en momentos de tribulación.
Los hijos de los que te persiguieron vendrán y se inclinarán ante ti; todos los que te despreciaban se postrarán a tus pies y te llamarán Ciudad del Señor, Sión del Santo de Israel.
Desde la sinagoga de Satanás traeré a los que dicen ser judíos, (pero no lo son, son mentirosos), haciéndolos venir a adorar a tus pies, para que reconozcan que yo te amo.
“Ven y sé nuestro comandante del ejército”, le pidieron a Jefté, “para que podamos luchar contra los amonitas”.