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Jueces 11:3 - Versión Biblia Libre

Jefté huyó de sus hermanos y se fue a vivir a la tierra de Tob. Se unió a él una banda de alborotadores y los dirigió en sus incursiones.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Huyó, pues, Jefté de sus hermanos, y habitó en tierra de Tob; y se juntaron con él hombres ociosos, los cuales salían con él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Así que Jefté huyó de sus hermanos y vivió en la tierra de Tob. En poco tiempo, tuvo una banda de rebeldes despreciables que lo seguían.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Jefté se alejó entonces de sus hermanos y se instaló en el territorio de Tob. Se le juntaron aventureros que hacían incursiones con él.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Huyó pues Jefté de la presencia de sus hermanos, y habitó en tierra de Tob. Y se agruparon alrededor de Jefté hombres ociosos que lo acompañaban en sus correrías.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Jefté marchó lejos de sus hermanos y estableció su residencia en la región de Tob. Se le unieron algunos maleantes, que hacían incursiones con él.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Huyendo, pues, Jefté a causa de sus hermanos, habitó en tierra de Tob; y se juntaron con él hombres ociosos, los cuales con él salían.

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Otras versiones



Jueces 11:3
9 Referencias Cruzadas  

Cuando los amonitas se dieron cuenta de que se habían vuelto como un mal olor para David, enviaron una solicitud a los arameos y contrataron a veinte mil de sus soldados de a pie de Bet Rehob y Zoba, así como a mil hombres del rey de Maaca, y también a doce mil hombres de Tob.


Los amonitas establecieron sus líneas de batalla cerca de la entrada de la puerta de su ciudad, mientras que los arameos de Soba y Rehob y los hombres de Tob y Maaca tomaron posiciones por su cuenta en los campos abiertos.


Pero los judíos se pudieron celosos y junto a unos agitadores que encontraron en la plaza del mercado formaron una turba. Y se amotinaron en la ciudad, y atacaron la casa de Jasón. Entonces trataron de encontrar a Pablo y a Silas para presentarlos ante la gente.


La mujer de Galaad le dio hijos, que cuando crecieron, echaron a Jefté, diciéndole: “No heredarás nada de nuestro padre porque eres hijo de otra mujer”.


Le dieron setenta siclos de plata del templo de Baal-berit. Abimelec utilizó el dinero para contratar a unos alborotadores arrogantes como su banda.


Todos los que tenían problemas o deudas o estaban resentidos también acudieron a él y se convirtió en su líder. Ahora tenía unos cuatrocientos hombres con él.


Así que David y los seiscientos hombres que lo acompañaban se pusieron en marcha, cruzaron la frontera y se dirigieron a Aquis, hijo de Maoc, el rey de Gat.