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Juan 21:17 - Versión Biblia Libre

“Cuida de mis ovejas”, le dijo Jesús. “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?” le preguntó por tercera vez. Pedro estaba triste de que Jesús le hubiera preguntado por tercera vez si él lo amaba. “Señor, tú lo sabes todo. Tú sabes que te amo”, le dijo Pedro. “Cuida de mis ovejas”, dijo Jesús.

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Biblia Reina Valera 1960

Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Le preguntó por tercera vez: —Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? A Pedro le dolió que Jesús le dijera la tercera vez: «¿Me quieres?». Le contestó: —Señor, tú sabes todo. Tú sabes que yo te quiero. Jesús dijo: —Entonces, alimenta a mis ovejas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Insistió Jesús por tercera vez: 'Simón Pedro, hijo de Juan, ¿me quieres?' Pedro se puso triste al ver que Jesús le preguntaba por tercera vez si lo quería y le contestó: 'Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero. Entonces Jesús le dijo: 'Apacienta mis ovejas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Le dice la tercera vez: Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Pedro se entristeció de que la tercera vez le preguntara: ¿me quieres?,° y le dijo: Señor, Tú lo sabes todo; Tú conoces que te quiero. Le dice: Apacienta mis ovejitas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Por tercera vez le pregunta: 'Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?'. Pedro sintió pena cuando Jesús le dijo por tercera vez '¿me quieres?' y le respondió: 'Señor, tú lo sabes todo, tú conoces bien que te quiero'. Dícele Jesús: 'Apacienta mis ovejas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro, entristecido de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? Le dijo: Señor, tú sabes todas las cosas; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.

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Juan 21:17
40 Referencias Cruzadas  

“¿Qué más puedo decirte? Tú sabes perfectamente cómo es tu siervo David, Señor Dios.


“¿Qué me estáshaciendo, hombre de Dios?” , le preguntó la mujer a Elías. “¿Has venido a recordarme mis pecados y a provocar la muerte de mi hijo?”


“¿Qué más puedo decir yo, David, para que me honres de esta manera? ¡Tú conoces muy bien a tu siervo!


Yo sé, Dios mío, que tú miras por dentro y te alegras cuando vivimos bien. Todo lo he dado de buena gana y con un corazón honesto, y ahora he visto a tu pueblo aquí dando felizmente y de buena gana para ti.


Has conocido mis pensamientos, me has visitado por la noche, me has examinado, y no has encontrado nada malo. Me prometí a mí mismo que no diría nada indebido.


Pero yo, el Señor, veo lo que la gente piensa. Examino sus mentes, para poder recompensarlas según sus actitudes y su forma de comportarse.


Porque no quiere herir ni causarle dolor a ninguno.


El rey les dirá: ‘en verdad les digo que todo lo que hicieron por uno de estos de menor importancia, lo hicieron por mi’.


E inmediatamente el gallo cantó la segunda vez. Entonces Pedro se acordó de lo que Jesús le había dicho: “Antes de que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces”. Cuando se dio cuenta de lo que había hecho, rompió a llorar.


Ustedes siempre tendrán a los pobres aquí con ustedes, pero no siempre me tendrán a mí aquí”.


“¿Realmente estás preparado para morir por mí? Te digo la verdad: antes de que el gallo cante tú me negarás tres veces”, le respondió Jesús.


“Si ustedes me aman, guardarán mis mandamientos.


Si ustedes hacen lo que yo digo, permanecerán en mi amor, así como yo hago lo que mi Padre dice y permanezco en su amor.


Ahora estamos seguros de que lo sabes todo, y que para conocer las preguntas que tiene la gente, no necesitas preguntarles. Esto nos convence de que viniste de Dios”.


Pedro lo negó una vez más, e inmediatamente un galló cantó.


Jesús sabía todo lo que le iba a pasar. Así que fue a recibirlos y preguntó: “¿A quién buscan ustedes?”


“Te digo la verdad”, dijo Jesús, “cuando estabas joven, te vestías solo e ibas donde querías. Pero cuando estás viejo, extiendes tus manos y otra persona te viste y vas donde no quieres ir”.


“Ve y llama a tu esposo, y regresa aquí”, le dijo Jesús.


Luego oraron juntos, diciendo: “Señor, tú conoces los pensamientos de cada uno; por favor, muéstranos a cuál de estos dos tú has elegido


Esto sucedió tres veces, y luego todo esto se devolvió al cielo.


Dios, quien conoce nuestros corazones, ha demostrado que los acepta, dándoles el Espíritu Santo a ustedes así como lo hizo con nosotros.


Nos enorgullecemos en el hecho—y nuestra conciencia lo confirma—de que hemos actuado de manera apropiada con las personas, especialmente con ustedes. Hemos seguido los principios de Dios de santidad y sinceridad, no conforme a la sabiduría mundanal, sino por la gracia de Dios.


No decepcionen al Espíritu Santo de Dios que los señaló como pertenencia suya para el día de la redención.


“El Señor es Dios de dioses, el Señor es Dios de dioses y él lo sabe! ¡Que lo sepa Israel también! Si nos rebelamos contra Dios o le somos desleales, ¡mátennos ahora mismo!


Así que estén felices por esto, aunque estén tristes por un poco de tiempo, mientras soportan distintas pruebas.


Amigos míos, esta es mi segunda carta para ustedes. En ambas he tratado de despertarlos y recordarles que deben tener un pensamiento limpio y puro.


Yo enviaré a muerte a sus hijos. Entonces todas las iglesias sabrán que yo soy el que examina los pensamientos y las motivaciones. Yo recompensaré a cada uno conforme a sus obras.


“Yo corrijo y disciplino a los que amo. Así que sé sincero y arrepiéntete.