Te daré las llaves del reino de los cielos, y todo lo que prohíbas en la tierra, será prohibido en los cielos; y todo lo que permitas en la tierra, será permitido en los cielos”.
Juan 20:23 - Versión Biblia Libre Si ustedes perdonan los pecados a alguien, le serán perdonados; pero si ustedes no lo perdonan, quedarán sin ser perdonados”. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos. Biblia Nueva Traducción Viviente Si ustedes perdonan los pecados de alguien, esos pecados son perdonados; si ustedes no los perdonan, esos pecados no son perdonados». Biblia Católica (Latinoamericana) a quienes descarguen de sus pecados, serán liberados, y a quienes se los retengan, les serán retenidos. La Biblia Textual 3a Edicion A cuantos perdonéis los pecados, les han sido° perdonados; a cuantos los retengáis, les han sido retenidos.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 A quienes perdonéis los pecados, les quedarán perdonados; a quienes se los retengáis, les quedarán retenidos'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; a quienes se los retuviereis, les son retenidos. |
Te daré las llaves del reino de los cielos, y todo lo que prohíbas en la tierra, será prohibido en los cielos; y todo lo que permitas en la tierra, será permitido en los cielos”.
Les digo la verdad: todo lo que prohíban en la tierra será prohibido en el cielo, y todo lo que permitan en la tierra, será permitido en el cielo.
Mientras decía esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo.
Él es Aquél del cual hablaron todos los profetas, para que todo el que crea en él reciba perdón por medio de su nombre”.
“¡Arrepiéntanse!” les dijo Pedro. “Todos deben bautizarse en el nombre de Jesús para perdón de sus pecados, y recibirán el don del Espíritu Santo.
Cuando se reúnan en el nombre del Señor Jesús, estaré allí con ustedes en espíritu y con el poder de nuestro Señor Jesús.
que está siendo edificada sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, del cual Cristo es la piedra angular.
Himeneo y Alexander son ejemplo de ello, y yo los he “entregado a Satanás” para que aprendan a no dar una mala imagen de Dios.