y se estableció en Nazaret. Esto cumplió lo que los profetas habían dicho: “Él será llamado Nazareno”.
Juan 19:19 - Versión Biblia Libre Pilato mandó a poner un letrero en la cruz que decía: “Jesús de Nazaret, el Rey de los Judíos”. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS. Biblia Nueva Traducción Viviente Y Pilato colocó un letrero sobre la cruz, que decía: «Jesús de Nazaret, el Rey de los judíos». Biblia Católica (Latinoamericana) Pilato mandó escribir un letrero y ponerlo sobre la cruz. Estaba escrito: 'Jesús el Nazareno, Rey de los judíos. La Biblia Textual 3a Edicion Y Pilato escribió también un título y lo puso sobre la cruz; y estaba escrito: JESÚS EL NAZARENO, EL REY DE LOS JUDÍOS. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pilato escribió también un letrero y lo puso encima de la cruz. En él estaba escrito: JESÚS EL NAZARENO, EL REY DE LOS JUDÍOS. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz. Y el escrito era: JESÚS DE NAZARET, EL REY DE LOS JUDÍOS. |
y se estableció en Nazaret. Esto cumplió lo que los profetas habían dicho: “Él será llamado Nazareno”.
Colocaron una señal sobre su cabeza con el cargo que fue presentado contra él. Decía: “Este es Jesús, el Rey de los judíos”.
Y sobre Jesús había un cartel sobre el cual estaba escrito: “Este es el Rey de los Judíos”.
Pilato regresó al palacio del gobernador. Llamó a Jesús y le preguntó: “¿Eres tú el rey de los judíos?”
Cuando Pilato escuchó esto, trató de liberar a Jesús, pero los líderes judíos gritaban: “Si liberas a este hombre, no eres amigo del César. Cualquiera que se proclama a sí mismo como rey, se rebela contra el César”.
Era casi la tarde del día de preparación para la Pascua. “Miren, aquí tienen a su rey”, le dijo a los judíos.
Entonces los jefes de los sacerdotes se acercaron a Pilato y le dijeron “No escribas ‘el Rey de los Judíos,’ sino ‘Este hombre decía: Yo soy el Rey de los Judíos’”.
Una y otra vez iban a él y le decían: “¡Oh, Rey de los Judíos!” y lo abofeteaban.
“Anteriormente estaba convencido con sinceridad de que debía ser todo lo posible para oponerme al nombre de Jesús de Nazaret.
“No tengo plata ni oro”, le dijo Pedro, “pero te daré lo que tengo: En el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡camina!”