Los hombres malvados me rodean como una manada de perros. Han perforado mis manos y mis pies.
Juan 19:18 - Versión Biblia Libre Lo crucificaron allí, y a otros dos con él: uno a cada lado, poniendo a Jesús en medio de ellos. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio. Biblia Nueva Traducción Viviente Allí lo clavaron en la cruz. También crucificaron a otros dos con él, uno a cada lado, y a Jesús, en medio. Biblia Católica (Latinoamericana) Allí lo crucificaron y con él a otros dos, uno a cada lado y en el medio a Jesús. La Biblia Textual 3a Edicion Allí lo crucificaron, y con Él a otros dos, uno a cada lado, y en medio a Jesús. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Allí lo crucificaron, y a otros dos con él, uno a un lado y otro a otro; en medio Jesús. Biblia Reina Valera Gómez (2023) donde le crucificaron, y con Él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio. |
Los hombres malvados me rodean como una manada de perros. Han perforado mis manos y mis pies.
Por eso le concederé un lugar entre los grandes y le daré el premio de los vencedores, porque derramó su vida en la muerte y fue contado como uno de los rebeldes. Tomó sobre sí los pecados de muchos y pidió perdón por los rebeldes.
Y los criminales que estaban crucificados con él también lo insultaban de la misma manera.
Esto cumplía lo que Jesús había dicho acerca de la manera en que iba a morir.
Entonces los soldados vinieron y partieron las piernas del primero y luego del otro, de los dos hombres crucificados con Jesús,
Dios, sabiendo de antemano lo que sucedería, siguió su plan y resolvió entregarlo en manos de ustedes. Por mano de hombres malvados, ustedes lo mataron, clavándolo en una cruz.
Pero Cristo nos ha rescatado de la maldición de la ley al convertirse en maldición por nosotros. Como dice la Escritura: “Maldito todo aquél que es colgado en un madero”.
Debemos seguir con la mirada puesta en Jesús, el autor y perfeccionador de nuestra fe en Dios. Pues por el gozo que tenía delante, Jesús soportó la cruz, sin importarle su vergüenza, y se sentó a la diestra del trono de Dios.