La gente me mira con la boca abierta, me abofetean en las mejillas para burlarse de mí, se agolpan a mi alrededor para atacarme.
Juan 18:22 - Versión Biblia Libre Cuando él dijo esto, uno de los guardias que estaba cerca le dio una bofetada a Jesús, diciendo: “¿Es esa la manera de hablarle al Sumo sacerdote?” Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Cuando Jesús hubo dicho esto, uno de los alguaciles, que estaba allí, le dio una bofetada, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote? Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces uno de los guardias del templo que estaba cerca le dio una bofetada a Jesús. —¿Es esa la forma de responder al sumo sacerdote? —preguntó. Biblia Católica (Latinoamericana) Al oír esto, uno de los guardias que estaba allí le dio a Jesús una bofetada en la cara, diciendo: '¿Así contestas al sumo sacerdote?' La Biblia Textual 3a Edicion Tan pronto como dijo esto, uno de los alguaciles, que estaba presente, dio una bofetada a Jesús, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Al decir esto Jesús, uno de los guardias que allí había le dio una bofetada, diciéndole: '¿Así respondes al sumo sacerdote?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando Él hubo dicho esto, uno de los alguaciles que estaba allí, dio una bofetada a Jesús, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote? |
La gente me mira con la boca abierta, me abofetean en las mejillas para burlarse de mí, se agolpan a mi alrededor para atacarme.
golpeó al profeta Jeremías y lo hizo poner en el calabozo de la Puerta Superior de Benjamín, cerca del Templo del Señor.
¡Reúne tus tropas, Jerusalén! Un enemigo nos asedia. Ellos golpearán al líder de Israel en la mejilla con una vara.
Entonces algunos de ellos comenzaron a escupirlo. Le vendaron los ojos, lo golpeaban en la cabeza y le decían: “¡¿Por qué no profetizas ‘profeta’?!” Y los guardias se lo llevaron y lo golpearon.
Entonces ¿por qué me interrogan? Pregúntenles a las personas que me escucharon lo que les dije. Ellos saben lo que dije”.
Entonces Judas llevó consigo una tropa de soldados y guardias enviados de parte de los jefes de los sacerdotes y los Fariseos. Llegaron al lugar con antorchas, lámparas y armas.
Una y otra vez iban a él y le decían: “¡Oh, Rey de los Judíos!” y lo abofeteaban.