El Señor dijo a mi Señor, “Siéntate a mi derecha, hasta que haga de tus enemigos un estrado para ti”.
Juan 17:2 - Versión Biblia Libre Porque tú le has dado autoridad sobre todas las personas para que él pueda darle vida eterna a todos los que tú le has entregado. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. Biblia Nueva Traducción Viviente Pues le has dado a tu Hijo autoridad sobre todo ser humano. Él da vida eterna a cada uno de los que tú le has dado. Biblia Católica (Latinoamericana) Tú le diste poder sobre todos los mortales y quieres que comunique la vida eterna a todos aquellos que le encomendaste. La Biblia Textual 3a Edicion así como le diste potestad sobre toda carne, para que a todos los que le diste, a ésos les dé vida eterna. Biblia Serafín de Ausejo 1975 ya que le diste autoridad sobre todos los hombres, para que él diera vida eterna a todos los que tú le has dado. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. |
El Señor dijo a mi Señor, “Siéntate a mi derecha, hasta que haga de tus enemigos un estrado para ti”.
Se le dio autoridad, gloria y el poder de gobernar sobre todos los pueblos, las diferentes naciones y lenguas, para que todos lo adoraran. Su gobierno es eterno, nunca cesará, y su reino nunca será destruido.
El Padre lo ha confiado todo en mis manos, y ninguno entiende verdaderamente al Hijo, excepto el Padre, y nadie entiende verdaderamente al Padre, excepto el Hijo, y aquellos a quienes el Hijo elige para mostrarles al Padre.
Ellos se irán a la condenación eterna, pero los justos entrarán a la vida eterna”.
Jesús vino donde ellos estaban y les dijo: “Se me ha entregado todo el poder del cielo y de la tierra.
“Padre, quiero que los que me has dado estén conmigo donde yo esté, para que puedan ver la gloria que me diste—porque tú me amaste antes de que el mundo fuera creado.
“Yo he revelado tu carácter a aquellos que me diste del mundo. Ellos te pertenecían; me los diste a mí, y he hecho lo que tú dijiste.
Estoy orando por ello—no por el mundo, sino por los que me diste, porque ellos te pertenecen.
Pero los que beban del agua que yo doy, no volverán a tener sed de nuevo. El agua que yo doy se convierte en una fuente de agua rebosante dentro de ellos, dándoles vida eterna”.
No se preocupen por la comida que perece, sino concéntrense en la comida que permanece, la de la vida eterna, la cual les dará el Hijo del hombre, porque Dios el Padre ha colocado su sello de aprobación en él”.
Todos los que el Padre me entrega, vendrán a mí, y yo no rechazaré a ninguno de ellos.
Lo que Él quiere es que yo no deje perder a ninguno de los que me ha dado, sino que los levante en el día final.
La paga del pecado es muerte, pero el regalo de Dios es vida eterna por medio de Jesucristo, nuestro Señor.
Cristo tiene que gobernar hasta que haya puesto a todos sus enemigos bajo sus pies.
que fue demostrado al levantar a Cristo de los muertos. Dios sentó a Cristo a su diestra en el cielo,
para que en el nombre de Jesús todos se inclinen con respeto, ya sea en el cielo, en la tierra o debajo de la tierra,
Por esta razón se me mostró misericordia, pues ya que soy el peor pecador, Jesucristo pudo mostrar su paciencia infinita como ejemplo para aquellos que eligen creer en él y obtener vida eterna.
en estos días nos ha hablado por medio de su Hijo. Dios designó al Hijo como heredero de todo, e hizo el universo por medio de él.
Después de haber ascendido al cielo, él está en pie a la diestra de Dios, con ángeles, autoridades, y poderes puestos bajo su control.
Esta Vida nos fue revelada. La vimos y damos testimonio de ella. Estamos hablándoles de Aquél que es la Vida Eterna, que estaba con el Padre, y que nos fue revelado.
También sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha ayudado a entender, para que podamos reconocer al que es verdadero. Vivimos en él, que es verdadero, en su Hijo Jesucristo. Él es el verdadero Dios, y es vida eterna.
manténganse a salvo en el amor de Dios, y esperen la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, que otorga vida eterna.