La Biblia Online

Anuncios


Toda la Biblia A.T. N.T.




Juan 12:32 - Versión Biblia Libre

Pero cuando yo sea levantado, a todos atraeré hacia mí”.

Ver Capítulo
Mostrar Biblia Interlineal

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.

Ver Capítulo

Biblia Nueva Traducción Viviente

Y, cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí».

Ver Capítulo

Biblia Católica (Latinoamericana)

y yo, cuando haya sido levantado de la tierra, atraeré a todos a mí.

Ver Capítulo

La Biblia Textual 3a Edicion

Y Yo, cuando sea levantado en alto de sobre la tierra, a todos atraeré a mí mismo.

Ver Capítulo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y cuando a mí me levanten de la tierra en alto, atraeré a todos hacia mí.'

Ver Capítulo

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.

Ver Capítulo
Otras versiones



Juan 12:32
23 Referencias Cruzadas  

Absalón se topó con algunos de los hombres de David cuando iba montado en su mula. Cuando la mula pasó por debajo de las ramas retorcidas de un gran roble, los cabellos de Absalón se enredaron en el árbol. La mula que montaba siguió avanzando, dejándolo colgado entre la tierra y el cielo.


¡Tómame de la mano, corramos! (El rey me ha llevado a su dormitorio). Seamos felices juntos y encontremos placer en tu amor. Tu amor es mucho mejor que el vino. ¡Las mujeres tienen razón en adorarte tanto!


En ese momento la raíz de Isaí se erigirá como un estandarte para las naciones. Los extranjeros vendrán a él, y el lugar donde vive será glorioso.


Él dice: “No es gran cosa que seas mi siervo para hacer volver a las tribus de Jacob, a ese pueblo de Israel que he conservado. También voy a hacer de ti una luz para los extranjeros, para que mi salvación llegue a todos”.


Los conduje con cuerdas de bondad, con lazos de amor. Yo era quien aliviaba su carga y me agachaba para alimentarlos.


Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso en un poste. Aquellos que la miraron vivieron.


Él vino como testigo para hablar acerca de la luz, a fin de que todos pudieran creer por medio de él.


La multitud respondió: “la Ley nos dice que el Mesías vivirá para siempre, ¿cómo puedes decir tú que el Hijo del hombre debe ser ‘levantado’? ¿Quién es este ‘Hijo del hombre’?”


Esto cumplía lo que Jesús había dicho acerca de la manera en que iba a morir.


Ellos condujeron a Jesús fuera de allí, cargando él su propia cruz, y se dirigió al lugar llamado “La Calavera”, (Gólgota en hebreo).


Del mismo modo que Moisés levantó la serpiente en el desierto, así debe ser levantado el Hijo del hombre,


“Ninguno viene a mí a menos que lo atraiga el Padre que me envió, y yo lo levantaré en el día final.


“Cuando ustedes hayan levantado al Hijo del hombre sabrán entonces que yo soy el ‘Yo soy,’ y que no hago nada por mí mismo, sino que digo lo que el Padre me enseñó.


Pero Cristo nos ha rescatado de la maldición de la ley al convertirse en maldición por nosotros. Como dice la Escritura: “Maldito todo aquél que es colgado en un madero”.


Él se entregó a fin de que todos pudiéramos ser rescatados nuevamente, demostrando la evidencia a su debido tiempo.


Pero vemos a Jesús, puesto en un lugar un poco inferior al de los ángeles, coronado de gloria y honra por el sufrimiento de la muerte. Por medio de la gracia de Dios, Jesús experimentó la muerte por todos.


Tomó las consecuencias de nuestros pecados sobre sí mismo en su cuerpo en la cruz para que nosotros pudiéramos morir al pecado y vivir en justicia. “Por sus heridas, somos sanados”.


Y Jesús murió por culpa de los pecados, una vez y para siempre, el Único que es completamente verdadero y justo, por aquellos que somos malos, para poder llevarnos a Dios. Fue llevado a muerte en su cuerpo, pero vino a la vida en el espíritu.


Por él son perdonados nuestros pecados, y no solo los nuestros, sino los de todo el mundo.


Ellos cantaban un cántico nuevo: “Tú eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos, pues tú fuiste inmolado y con tu sangre redimiste para Dios gentes de toda tribu, lengua, pueblo y nación.