Los profetas dan falsas profecías; los sacerdotes gobiernan a su antojo. Mi pueblo lo quiere así, pero ¿qué hará cuando todo se derrumbe?
Jeremías 11:9 - Versión Biblia Libre El Señor me dijo: Está ocurriendo una rebelión entre el pueblo de Judá y los que viven en Jerusalén. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Y me dijo Jehová: Conspiración se ha hallado entre los varones de Judá, y entre los moradores de Jerusalén. Biblia Nueva Traducción Viviente El Señor me habló una vez más y dijo: «Descubrí una conspiración contra mí entre los habitantes de Judá y Jerusalén. Biblia Católica (Latinoamericana) Y añadió Yavé: 'Se han puesto de acuerdo los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén' La Biblia Textual 3a Edicion YHVH me dijo: Judíos y habitantes de Jerusalem se han conjurado Biblia Serafín de Ausejo 1975 Después Yahveh me dijo: 'Se ha descubierto una conjuración entre los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén: Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y me dijo Jehová: Conspiración se ha hallado entre los varones de Judá, y entre los moradores de Jerusalén. |
Los profetas dan falsas profecías; los sacerdotes gobiernan a su antojo. Mi pueblo lo quiere así, pero ¿qué hará cuando todo se derrumbe?
Todos engañan porque son codiciosos, tanto los pobres como los ricos. Incluso los profetas y los sacerdotes: ¡todos son unos mentirosos deshonestos!
Voy a entregar sus esposas a otros, y sus campos a diferentes dueños, ya que todos mienten porque son codiciosos, tanto los pobres como los ricos. Incluso los profetas y los sacerdotes: ¡todos son unos mentirosos deshonestos!
Los sacerdotes son como una cuadrilla de bandidos, esperando a un lado del camino a que pasen los viajeros para tenderles una emboscada. Cometen asesinatos en Siquem, y cometen grandes crímenes.
Sus líderes juzgan por soborno y sus sacerdotes predican según el precio pagado. Aún así se apoyan en el Señor y dicen: “¿Acaso no está el Señor aquí con nosotros? ¡Nada malo puede sucedernos!”
y les preguntó: “¿Cuánto me pagarán por entregarles a Jesús?” Y ellos le pagaron treinta monedas de plata.
A partir de ese momento, ellos conspiraban sobre cómo podían matar a Jesús.