(El pueblo de Sodoma era muy perverso, y cometían pecados terribles que ofendían al Señor).
Génesis 19:4 - Versión Biblia Libre Pero ellos ni siquiera se habían ido aún a la cama, cuando unos hombres de Sodoma, jóvenes y adultos, de cada parte de la ciudad, vinieron y rodearon la casa. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Pero antes que se acostasen, rodearon la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo. Biblia Nueva Traducción Viviente pero antes de que se fueran a dormir, todos los hombres de Sodoma, tanto jóvenes como mayores, llegaron de todas partes de la ciudad y rodearon la casa. Biblia Católica (Latinoamericana) No estaban acostados todavía cuando los vecinos, es decir los hombres de Sodoma, jóvenes y ancianos, rodearon la casa: ¡estaba el pueblo entero! La Biblia Textual 3a Edicion Aún no se habían acostado, cuando los hombres de la ciudad, los sodomitas,° rodearon la casa: jóvenes y ancianos, toda la población, hasta el último. Biblia Serafín de Ausejo 1975 No se habían acostado todavía, cuando los hombres de la ciudad, los hombres de Sodoma, cercaron la casa, jóvenes y viejos, todo el pueblo sin excepción. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero antes que se acostasen, rodearon la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo. |
(El pueblo de Sodoma era muy perverso, y cometían pecados terribles que ofendían al Señor).
Entonces el Señor continuó diciendo: “Hay muchas quejas expresadas contra Sodoma y Gomorra a causa de su pecado descarado.
“No sigas a la multitud haciendo el mal. Cuando testifiques en un juicio, no corrompas la justicia poniéndote del lado de la mayoría.
Los malvados no descansan hasta haber cometido maldad. No pueden dormir sin haber engañado a alguna persona.
Los profetas dan falsas profecías; los sacerdotes gobiernan a su antojo. Mi pueblo lo quiere así, pero ¿qué hará cuando todo se derrumbe?
Son expertos en hacer el mal; tanto los oficiales como los jueces piden sobornos; los poderosos exigen según sus ambiciones malvadas; y conspiran juntos para obtener lo que desean.
Mientras se divertían, llegaron unos depravados del pueblo, rodearon la casa y golpearon la puerta, gritando al anciano dueño de la casa: “Saca al hombre que vino a quedarse en tu casa para que tengamos sexo con él”.