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Éxodo 5:16 - Versión Biblia Libre

No nos das nada de paja, pero tus capataces exigen que hagamos ladrillos, ¡y nos golpean! ¡Tu pueblo nos trata mal!”

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

No se da paja a tus siervos, y con todo nos dicen: Haced el ladrillo. Y he aquí tus siervos son azotados, y el pueblo tuyo es el culpable.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Ya no nos dan paja, ¡pero aun así los capataces nos exigen que sigamos haciendo ladrillos! Nos golpean, ¡pero no es nuestra culpa! ¡Es culpa de su propia gente!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

No nos dan paja y nos piden ladrillos. Los tuyos no tienen por qué azotarnos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

No se da paja a tus siervos, pero nos dicen: ¡Haced adobes! He aquí tus siervos son azotados, como si tu pueblo° fuera el culpable.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

No se da paja a tus siervos, y se nos dice: '¡Haced adobes!'. A nosotros nos golpean y hacen responsable al pueblo'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

No se da paja a tus siervos, y con todo nos dicen: Haced ladrillos. Y he aquí tus siervos son azotados, pero la culpa la tiene tu pueblo.

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Otras versiones



Éxodo 5:16
6 Referencias Cruzadas  

Y se dijeron unos a otros: “Vengan, juntemos ladrillos y cocinémoslos con fuego”. (Ellos usaron ladrillo en lugar de piedra, y alquitrán en lugar de cemento).


respondió utilizando el consejo de los jóvenes. Dijo: “Mi padre lesimpuso una pesada carga, y yo la haré aún más pesada. Mi padre los castigaba con látigos; pero yo los castigaré con escorpiones”.


Los supervisores israelitas fueron a quejarse al Faraón, diciendo: “¿Por qué nos tratas así a tus siervos?


“¡No, ustedes solo son unos vagos, unos perezosos!” respondió el Faraón. “Por eso siguenrogando: ‘Por favor, déjanos ir y ofrecer sacrificios al Señor’.


Entonces me puse a pensar en todas las formas en que la gente oprime a los demás aquí en la tierra. Miren las lágrimas de los oprimidos: ¡no hay nadie que los consuele! Los poderosos los oprimen, ¡y no hay nadie que los consuele!


El día que naciste no te cortaron el cordón umbilical, ni te lavaron para limpiarte, ni te frotaron con sal, ni te envolvieron en paños.