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Daniel 4:4 - Versión Biblia Libre

A mí, Nabucodonosor, me iba bien en casa, viviendo felizmente en mi palacio.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Yo Nabucodonosor estaba tranquilo en mi casa, y floreciente en mi palacio.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

»Yo, Nabucodonosor, vivía en mi palacio con comodidad y prosperidad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Llegaron los magos, los adivinos, los brujos y los astrólogos, y les conté el sueño, pero nadie me dio la interpretación de él.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Yo Nabucodonosor estaba tranquilo en mi casa y floreciente en mi palacio.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Vinieron, pues, los magos, los adivinos, los caldeos y los astrólogos y les conté el sueño; pero no supieron darme la interpretación.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Yo Nabucodonosor estaba tranquilo en mi casa, y próspero en mi palacio.

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Otras versiones



Daniel 4:4
13 Referencias Cruzadas  

“Vamos”, dicen, “¡traigo vino y nos emborrachamos! ¡Haremos esto hoy, y mañana beberemos mucho más!”


El pueblo de Moab ha vivido cómodamente desde que se fundó el país. Son como el vino que no se ha alterado, que no se ha vertido de un recipiente a otro. Así que el sabor y la fragancia siguen siendo los mismos. No han experimentado el exilio.


Te enorgulleciste a causa de tu belleza, arruinaste tu sabiduría porque te creíste tan maravillosa. Así que te arrojé al suelo y me aseguré de que los reyes vieran lo que te ocurrió.


Dile que esto es lo que dice el Señor Dios: “Cuidado, porque te voy a condenar, Faraón rey de Egipto, gran monstruo que yace en tus ríos, que dice: ‘El Nilo me pertenece; yo mismo lo hice’.


¡Lo que Su Majestad pide es imposible! Nadie puede decirle a Su Majestad lo que soñó, excepto los dioses, y ellos no viven entre nosotros los mortales”.


Cuando Daniel (también llamado Beltsasar) escuchó esto, se angustió por un tiempo, perturbado mientras pensaba en ello. El rey le dijo: “Beltsasar, no te preocupes por el sueño y lo que significa”. “Mi señor, sólo deseo que este sueño sea para los que te odian y la explicación para tus enemigos”, respondió Daniel.


Sin embargo, después de que entraron todos los sabios del rey, no pudieron leer la escritura ni explicarle lo que significaba.


En ese tiempo, buscaré por toda Jerusalén con lámparas y castigaré a los jactanciosos, que son como los residuos de vino podrido, y que dicen para sí mismos: “El Señor no hará bien ni mal”.