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Daniel 10:5 - Versión Biblia Libre

Miré a mi alrededor y vi a un hombre vestido de lino, y alrededor de su cintura había un cinturón de oro puro.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y alcé mis ojos y miré, y he aquí un varón vestido de lino, y ceñidos sus lomos de oro de Ufaz.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

levanté los ojos y vi a un hombre vestido con ropas de lino y un cinto de oro puro alrededor de la cintura.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Al levantar los ojos, vi a un hombre vestido de lino que llevaba un cinturón de oro brillante.

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La Biblia Textual 3a Edicion

y alzando mis ojos miré, y he aquí un varón vestido de lino blanco, ceñidos sus lomos de oro de Ufaz.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

alcé los ojos y miré. Vi a un hombre vestido de lino que tenía su cintura ceñida con un cinturón de oro puro.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

y alzando mis ojos miré, y he aquí un varón vestido de lino, y ceñidos sus lomos de oro de Ufaz:

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Otras versiones



Daniel 10:5
9 Referencias Cruzadas  

Llevará la bondad como una faja y la confianza como un cinturón.


Desde Tarsis se envían láminas de plata martillada, y oro de Ufaz, para que lo utilicen los artesanos y los metalistas. Estos ídolos se visten con ropas de azul y púrpura hechas por expertos.


Observé que seis hombres se acercaban por la puerta superior que da al norte. Todos ellos llevaban hachas de combate. Había otro hombre con ellos. Estaba vestido de lino y tenía a su lado un kit de escritura de escriba. Entraron y se colocaron junto al altar de bronce.


Por la noche vi a un hombre sentado en un caballo rojo que se paró en medio de unos mirtos en un valle angosto. Detrás de él había caballos rojos, marrones y blancos, con sus jinetes.


Así que levántense, pónganse el cinturón de la verdad, pónganse la coraza de justicia y rectitud,


Un día, cuando Josué estaba cerca de Jericó, levantó la vista y vio a un hombre parado frente a él con una espada desenvainada en su mano. Josué se acercó a él y le preguntó: “¿Estás a favor o en contra de nosotros?” “Ninguna de las dos cosas”, dijo el hombre. “Soy el comandante del ejército del Señor. ¡Ahora estoy aquí!”