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Cantares 7:2 - Versión Biblia Libre

Tu ombligo es como un cuenco redondo; que nunca le falta vino aromático! Tu abdomen es como un montón de trigo rodeado de lirios.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Tu ombligo como una taza redonda Que no le falta bebida. Tu vientre como montón de trigo Cercado de lirios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Tu ombligo tiene la forma perfecta, como una copa llena de vino mezclado. Entre tus muslos hay un manojo de trigo, rodeado de lirios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Hija de príncipes, qué graciosos son tus pasos con esas sandalias. La curva de tus caderas es un collar hecho por manos de artistas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Tu ombligo es como un ánfora, Donde no falta ningún vino generoso. Tu vientre, una gavilla de trigo cercada de lirios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

¡Qué lindos son tus pies con sandalias de princesa! Las curvas de tus caderas son collares, hechura de la mano de un artista.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Tu ombligo, como una taza redonda, que no le falta bebida. Tu vientre, como montón de trigo, cercado de lirios.

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Otras versiones



Cantares 7:2
8 Referencias Cruzadas  

Tus hijos tomarán el lugar de tu padre; como princesa los harás gobernadores sobre la tierra.


Entonces serás sanado y fortalecido.


Sus brazos son barras redondas de oro con incrustaciones de joyas. Su abdomen es como marfil tallado con incrustaciones de lapislázuli.


Qué bonitos son tus pies con sandalias, princesa! Tus muslos curvados son como adornos hechos por un maestro artesano.


Tus pechos son como dos cervatillos, gemelos de una gacela.


Escúchenme, descendientes de Jacob, todos los que quedan del pueblo de Israel. Yo los he cuidado desde que nacisteis, llevándoos desde el nacimiento.


“Yo sabía exactamente quién serías antes de crearte en el vientre de tu madre; te elegí antes de que nacieras para que fueras profeta de las naciones”.


Del mismo modo, mis amigos, ustedes han muerto para la ley mediante el cuerpo de Cristo, y ahora ustedes le pertenecen a otro, a Cristo, quien ha resucitado de los muertos para que nosotros pudiéramos vivir una vida productiva para Dios.