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Apocalipsis 4:9 - Versión Biblia Libre

Y cada vez que las criaturas vivientes glorifican, honran y agradecen al que está sentado en el trono, y que vive por siempre y para siempre,

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Cada vez que los seres vivientes dan gloria, honor y gracias al que está sentado en el trono (el que vive por siempre y para siempre),

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Cada vez que los Seres Vivientes dan gloria, honor y acción de gracias al que está sentado en el trono y que vive por los siglos de los siglos,

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La Biblia Textual 3a Edicion

Y cuando los seres vivientes den° gloria y honor y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y cada vez que los seres vivientes den gloria, honor y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y cuando aquellos seres vivientes dan gloria y honra y gracias al que está sentado en el trono, al que vive para siempre jamás,

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Otras versiones



Apocalipsis 4:9
20 Referencias Cruzadas  

Dios gobierna sobre las naciones; se sienta sobre su santo trono.


“Esto es lo que nuestro Dios es. Él es nuestro Rey por siempre y para siempre. Él mismo nos guiará hasta el final”.


¡El Señor reinará por siempre y para siempre!


El año en que murió el rey Uzías, vi al Señor sentado con majestad en un trono alto, y la cola de su manto llenaba el Templo.


El hombre vestido de lino, que estaba por encima de las aguas del río, levantó ambas manos al cielo e hizo una promesa solemne por Aquel que vive eternamente. Le oí decir: “Durará un tiempo, tiempos y medio tiempo. Cuando la dispersión del poder del pueblo santo ha llegado a su fin, entonces todas estas cosas también llegarán a su fin”.


Pasado el tiempo, yo, Nabucodonosor, miré al cielo y mi cordura volvió a mí. Bendije y alabé al Altísimo y adoré al que vive para siempre. Su gobierno es un gobierno eterno, y su reino dura por todas las generaciones.


Levanto mi mano al cielo y declaro solemnemente sobre mi vida eterna,


En consecuencia, tiene el poder para salvar por completo a los que se acercan a Dios por medio de él, viviendo siempre para rogar su caso a favor de ellos.


En el primer caso, los que reciben el diezmo son hombres mortales, pero en el otro caso, se dice que los recibió uno que sigue viviendo.


Soy el que vive. Estuve muerto, pero mírame, ahora estoy vivo por siempre y para siempre, y tengo las llaves de la muerte y del sepulcro.


E hizo un voto sagrado en nombre de Aquél que vive por siempre y para siempre, de Aquél que creó los cielos y todo lo que hay en ellos, la tierra y todo lo que hay en ella, y el mar y todo lo que hay en él. “¡No más demora!” dijo.


Y una de las cuatro criaturas vivientes le dio a los siete ángeles siete copas de oro, llenas del juicio de Dios, quien vive por siempre y para siempre.


El que está sentado en el trono dijo: “¡Todas las cosas las estoy haciendo nuevas!” Y me dijo: “Escribe esto, porque estas palabras son fieles y verdaderas”.


E inmediatamente fui lleno del Espíritu y vi un trono en el cielo, y había alguien sentado sobre él.


Cada una de las cuatro criaturas vivientes tenía seis alas, que también estaban cubiertas de ojos. Día y noche decían sin parar: “Santo, santo, santo es el Señor Todopoderoso, que era, es y vendrá”.


Vi al que estaba sentado en el trono, sosteniendo un rollo en su mano derecha. El rollo estaba escrito por ambos lados y tenía puestos siete sellos.


Y gritaban a las montañas y a las rocas: “¡Caigan sobre nosotros! Escóndannos del rostro del que está sentado en el trono, y del juicio del Cordero.


Por eso ellos pueden estar en pie frente al trono de Dios, y le sirven día y noche en su Templo. Aquél que está sentado en el trono los protegerá con su presencia.